El ensayo de De Marcos de 9 acaba con Aduriz y Toquero juntos por el centro
Valverde barruntaba desde su llegada la posibilidad de colocar a Óscar de Marcos como centro delantero. Lo había deslizado en alguna ocasión, y ante el Valencia lo estimó oportuno. El de Laguardia, obediente y disciplinado, estuvo desdibujado de referencia, pasó a la mediapunta y acabó en banda presionando y más entonado. Fue el autor de la asistencia a Mikel Rico en el gol del Athletic.
De Marcos gozó de un par de ocasiones haciendo las veces de 9 en sustitución de Aduriz, que esperó en el banco de salida. Lanzó desviado un pase de Iraola y un cabezazo alejado aprovechando una asistencia de Susaeta por la derecha, que atajó Guaita. Un primer acto en el que De Marcos, siempre atento a los desmarques de ruptura, no intervino demasiado. Valverde, viendo que el equipo no funcionada y el Valencia se crecía, cambió su rol en el segundo acto con varias permutaciones de piezas. Aduriz suplió a Herrera, De Marcos hizo de Ander, para variar de nuevo cuando salió Toquero al verde. El 10 rojiblanco se escoró a la derecha y Aduriz y Toquero, por momentos, se movieron juntos en la media luna en un versátil 4-4-2.
Cuando el equipo atravesaba sus peores minutos, remontada de Iraola con el balón cosido a los pies, De Marcos sirvió de bisagra para que Aduriz lanzara a la media vuelta, aunque desviado. El ex del Alavés empezaba a carburar, se sentía reforzado con los cambios surtiendo efecto, y el equipo apelando a la heroica. En el gol, estuvo listo al ceder a Mikel Rico un balón en boca de gol.
“Lo venía pensando desde hace tiempo y tenía a Aduriz para salir después”, comentó Valverde al final del encuentro el hecho de que De Marcos asumiera la demarcación de nueve. De Marcos sigue siendo el mejor multiusos, siempre cumple. El técnico rojiblanco no le ve por dentro, donde busca más las triangulaciones, quiere que su potencial explote en zonas cercanas al área, o en banda, penetrando por piernas en diagonal.