Yeray vuelve para quedarse
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En Europa el tiempo se agota
La recuperación express del esguince del tobillo derecho de Yeray Álvarez era un hecho ante Osasuna. Pero Ernesto Valverde, con buen criterio, no arriesgó, alineó a Etxeita. Necesitaba al central barakaldés en plenitud para el trascendental envite de la Europa League ante el Genk. Y el canterano no defraudó en el ser o no ser en el concierto continental de este curso: contundente, veloz, expeditivo y asistente en uno de los goles de Aduriz, un lujo de zaguero. Ha vuelto para quedarse.
"Un jugador que se atreve con el balón, que está fuerte en las disputas, y parece que lleva jugando en Primera División mucho tiempo, para nosotros tiene un valor increíble. Estamos contentos de lo que está haciendo, suponemos que tendrá fallos a lo largo de la temporada por su juventud, pero de momento lo esá llevando muy bien", describe Ernesto Valverde, asombrado por el rendimiento brutal de Yeray, destacado en varios de los partidos de este curso como pareja de centrales, sin desentonar sino más bien todo lo contraro, con la calidad innata de Laporte, y asumiendo incluso la salida del cuero desde atrás con una aseo impropio de un recién aterrizado en la élite.
Ante los belgas del Genk, con gente rápida y musculosa arriba, Yeray se manejó con soltura. Cortó varios de los primeros balones por pura anticipación que se asomaban al área de Herrerín, a los que se lanzaba con ligereza, e impedía un remate de cabeza sobre la línea de gol de un contrario. En todo momento estaba atento y concentrado, tan sólo ensombrecido por algún desajuste en los goles, en combinación con sus compañeros de línea. Encima, en el segundo tiempo casi marca con la testa en una internada en ataque (min, 66), se tiró al suelo como un titán para rebañar un balón en el que casi se lastima de nuevo el hombro derecho, y en el 73 dio un pase medido desde su zona de influencia de más de 40 metros para habilitar el cuarto gol de Aduriz, marca de la casa del Puyol de Lezama.