Andoni Iraola: "Txoria, txori"

Podría haber estirado el chicle bazoka que somos todos los que nos resistimos a dejar de ser niños y no morimos en el intento. Pero él decidió que no, "Que  lo mío, querido presidente Josu Urrutia, habría sido hacer la goma, para terminar derrengado en la cola del pelotón, como les sucede a los ciclistas que se muestran incapaces de sacar de su flaqueza las fuerzas.

Nadie como uno mismo para saber que su momento ha llegado. Le sucedió al 'gallo' Etxeberria, y lo asumió, le sucedía a Julen Guerrero, pero mi 'compatriota' jarrillero, se despistó, hasta  perder el 'norte', por culpa de una grada que le cantaba cual miles de sirenas haciendo la ola.    El Club le había ofrecido un curso balompédico más, pero Iraola quería irse en el momento preciso, en el estado perfecto, tanto física como anímicamente.    Cerrábase la temporada 2014-2015. El Villarreal de Marcelino, 'ostias como panes y caldo avinagrado', visitaba La Catedral cual convidado de piedra. Bordó su papel el Submarino Amarillo. Lo bordó también Andoni Iraola Sagarna, nacido en Usurbil, hijo predilecto de Bilbao.    Se despedía. Y qué mejor manera de decirnos adiós que  con un gol de bandera, saliendo al contrataque por la vía central a la espera de que Aduriz le asistiera para picarle el balón a Asenjo delante de mis ojos, fila 4, asiento 11, "bacalao" magistral, tanto que parecía pactado por el equipo oponente que tocaba y tocaba para finalizar recibiendo lo suyo, 4-0, goleada, el partido de homenaje y el de su despedida se habían conchabado para festejarse en el mismo estadio, el mismo día y a la misma hora.    Salling to New York. Jugar temporada y media en la ciudad de los rascacielos, de la Gran Manzana, de la quinta Avenida, de las torres gemelas aquellas que se desmoronaron irremediablemente.    "Pobres los ángeles custodios / que nunca llegan a salvarnos / será que son incompetentes / o que no hay forma de ayudarnos"... Cita con Angeles. Silvio Rodríguez.    A Iraola no se le debió pasar por su conciencia aquella masacre que devino en la 'Zona Cero'. De lo contrario, no habría aceptado la oferta del New York Citty, equipo 'sky blue'. Celeste el color de su camiseta. Azul como ese cielo que en San Mamés ya no podía ver "porque cada vez me resulta más difícil poder responder a las exigencias que me propone semana a semana este Athletic"... Gabarra a la que subí en 2003, y de la que desembarco en 2015, doce temporadas, ni en mis mejores sueños.    Pero... para qué recurrir a lo onírico si el 15 y el carril derecho son para mí, ora en la medular, ora en la retaguardia, donde me asiento hasta echar raíces..    Iraola, 'el 2' de siempre. Portentoso lateral que mientras maniobra, ya girando sobre su propio eje como una peonza, ya progresando hacia campo riva, no precisa mirar al suelo pues el balón enganchado a su bota va, técnica prodigiosa la de este hombre, que se acrecienta cuando va sumando acólitos camino de la portería donde se consuman las revoluciones.    Él y la pelota: un idilio. Motivos tendría, y abundantes, su pareja sentimental para que, atacada de un episodio de celos, saltara al verde en pleno partido al modo en que en las plazas de toros lo hacen, o lo hacían, los maletillas. No sucederá. No sucedió. A pesar de que su gol fue de pañuelos, paños blancos que no se ven, en el aire no se agitan, son moqueros, o secalagrimas, los hombres si lloran, y las mujeres, y los niños y niñas aunque no sepan muy bien por qué.    Tampoco aciertan los más pequeños a entender lo que está sucediendo en la esquina derecha que me queda al fondo, en esa 'Herri Harmaila-Iñigo Cabacas' que acoge con los brazos abiertos al 'quince' que se despide, el que recoge la placa, el que se alimenta de los besos y los abrazos.    Rompe a cantar la grada. Xabier Lete, que la escribió, Mikel Laboa, que la cantó, no están, tampoco Iñigo Cabacas, sosias de Manuel, padre de Amanda, que partió al partido, que nunca hizo daño, y en una celada cayó destrozado...    En el nombre de los tres cantan todos, Iraola, también, como si Andoni quisiera explicarnos el motivo esencial de su triste, pero apoteosica retirada del Athletic Club...
"Hegoak ebaki banizkio / nerea izango zen / ez zuen alde egingo / baina honela / ez zen txoria izango / eta nik txoria nuen maite...    Todos amabamos al pájaro rojiblanco que era, y es, Andoni Iraola. Por eso no le cortamos las alas. Al contrario. Le abrimos las puertas de la Catedral, para que, en muy buena compañía, volara, y volara, y volara... hasta llegar a New York. Pájaro trilingue: euskera, castellano, inglés.
Hay quien dice que su retirada la ha adelantado el triunfo de Donald Trump.    Al parecer, Iraola, tras escuchar una de Silvio, se proponía "fundar un partido de sueños; talleres donde reparar alas de colibrí". Gilito, el tío de Donald, le advirtió a su sobrino presidente: "Cuidado con este 'pájaro', que es capaz de cambiar el mundo con su fútbol, con su juego... con su canto... Joxean Artze, que la escribió, Mikel Laboa, que la pasó por el pentagrama y la cantó...
Un artículo de Luis María Pérez, ´Kuitxi´. Periodista, exfutbolista y socio del Athletic Club.