'Filosofía Yeray', por Aitor Elizegi

Cuando aquel grupo de ingleses empezó a jugar con una pelota de cuero en aquellas campas de las afueras de la Villa, entre grúas y vapores de mar, probablemente no imaginaban el alcance e importancia de la herencia. Nunca hubieran previsto que este juego, balón y pie, entonces todavía brote, pudiera marcar el futuro de una ciudad, más aún, el futuro de una forma de entender la vida y la cultura del deporte en el Territorio de BIZKAIA.

A las pruebas rurales y el dominio de la Pelota contra el frontis se sumaba un juego colectivo, 22 jugadores , alguno todavía con bombín , dando sentido y dirección al golpeo con los pies de un objeto redondo, el fútbol. 
Durante más de un siglo la franquicia de la Villa ha crecido alrededor de un pacto no escrito, de un decálogo básico, siempre cerca de aquellos terrenos, principalmente basado en tocar el balón y competir con "jugadores de casa". 
El concepto ha navegado con éxito tres siglos, pronto cumplirá 120 años, alimentado por la leyenda del aldeano, el debate, la gesta, la interpretación interesada y sobre todo por una "Cantera Dena", que a pesar de las vaivenes se adapta a los tiempos y consigue alimentar los equipos base y sostener los plazos formativos necesarios.
Cada vez que un agorero habla de malos tiempos, de falta de competitividad, de fin de ciclo, de súper equipos de talonario, la Factoría Athletic da forma y color a una hornada de calidad. Ya no moldea aldeanos, trabajamos con lo mejor de nuestra juventud. Aporta otro once que releva y compite de tú a tú cada temporada. 
Pero sobre todo, está misión avanza en el tiempo, por un acuerdo que supera cualquier profunda disertación de los Presidentes, periodistas o expertos en la materia (no para de crecer el Senado rojiblanco, señal de buena salud) de turno. Un mantra colectivo, una Biblia que quedó escondida en aquella Campa al lado de la Ría: los socios y aficionados del Athletic tienen un mandamiento que cada año rubrican, hace décadas que votaron BAI, seguir adelante y ver sobre el terreno de juego al máximo posible de jugadores nacidos o formados en los patios, campas y campos de Euskal Herria. En este caso, "máximo posible" significa TODOS. 
Son ellos los dueños de estas tablas, a este Club nadie nos ha llamado para el letargo, nos alistan desde niños para animar, aplaudir y saber esperar, esperar con paciencia a los nuestros, que a veces se sostienen en Primera o por qué no, si la categoría se queda grande, alimentar el necesario tronco del fútbol plata, bronce o "barro"; no todo depende del fútbol de Estadio y derechos TV. 
Hace años llegó al Club desde las campas de Bizkaia, de la otra margen (la izquierda nunca le falla al Athletic), con la cabeza muy alta, un chaval con el mentón firme. Dio el salto al primer equipo tras partirse la cara una temporada entera con tanques de la Segunda División. Con la cabeza alta hace pases de 20 y 30 metros en paralelo a la cal, o rompe la primera línea de presión del contrario. Con la cabeza alta se le ha visto ahora a las puertas del quirófano; ésta es más difícil que la de tres palos. 
El fútbol es un deporte tirano si te falla la salud. Pasas de la taquilla de titular a la camilla en un segundo, en un balón dividido, una cobertura obligada, en un ligamento mal cruzado. Nada peor que recuperar en solitario en un deporte que se juega en equipo. 
Pintan bastos para un jugador de la Filosofía, para un chaval de aquí al lado. Un día soñó que mandaría en la defensa de San Mamés. Sus compañeros y Ernesto le daban galones cada partido, la afición soñaba por fin con una pareja de centrales que sellara la retaguardia, los dos sabían sacar la Pelota besando césped. Así han empezado siempre nuestros onces de leyenda, los astros alineaban la defensa de "los de Campa". En varios partidos había hecho que los puntos y el destino del partido cayeran "cara". 
En manos del destino y de la medicina moderna está ahora su salud. Nunca es justa la enfermedad, menos aún si busca casa donde todo está por vivir. Con la cabeza alta saldrá y escribirá las portadas que merece con crónicas cambiando el resultado y el destino del partido. 
En manos del Club, de sus despachos y de todos nosotros quedan que independientemente del tiempo necesario para el regreso, que así será, sienta orgullo en todo momento de ser parte de la Filosofía, de haber soñado de niño ser del Athletic.
Por Aitor Elizegi, Cocinero y empresario
Blog: 'Licencia para aliñar'