Europa pasa por hacer las maletas

Y a los datos me remito. Si el Athletic Club disputara la liga siempre como local sería segundo, en puestos de Champions siendo tan solo superado por el Real Madrid. Si por el contrario lo hiciera como visitante se encontraría decimotercero, con 8 puntos y a solo 3 del descenso. Además tendría el dudoso honor de ser el equipo que menos veces ha batido la portería rival con apenas siete goles.

Y yo me pregunto: ¿A qué se debe esta doble cara de los leones? ¿Será que el equipo se maneja mucho mejor arropado por una afición que –todo hay que decirlo- es incapaz de aguantar en su asiento hasta el minuto 90 de partido? ¿O es la  Catedral un estadio que por sí solo infunde pavor a quien lo visita? Iría aún más lejos… ¿Es el rojiblanco un equipo hogareño, apegado a la familia, al que le disgusta salir de casa?... o simplemente ¿es el Athletic esa especie de huésped cumplidor, educado y respetuoso hasta el extremo  de  importunarle el hacer un feo a sus anfitrión? Son cuestiones que, a decir verdad, no alcanzo a responder y lo peor de todo es que parece que Ernesto Valvede y sus chicos tampoco.   Mestalla, Pizjuán, Anoeta, Calderón, Balaídos…, destinos que a un servidor le ponen los pelos de punta y en los que los rojiblancos deberán mostrarse maleducados y desagradecidos con sus propietarios si es que quieren que la temporada que viene Europa vuelva a ser una realidad.  Lamentablemente los tiempos de “cierta” influencia bilbaína en los diferentes estamentos del fútbol quedaron ya atrás (lo del famoso “villarato” suena ya a chiste  rancio). Dicho de otro modo, o el Athletic se pone las pilas desde este domingo en Valencia, o dudo mucho que la LFP le permita jugar el resto de la competición al calor de San Mamés. Y eso, ya saben… significaría ver los partidos europeos por la tele.  PD. ¿Y si el Athletic se empeña en cerrarnos  a todos la boca… gana la Europa League y se clasifica para la Champions?  ¿Bendito problema, no?... pero ¡ojo!, para eso también hay que ponerse el traje de  viaje.
Por Alvaro Fernández Cadierno, periodista de Radio Euskadi

@ALVAROFCPORTU