Un nuevo Athletic de siempre
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Cuco Ziganda, obrando de manera 'cuca', ha debido servirse de su particular periodo vacacional entregándose en soledad a visionar los vídeos de todos los partidos que el Athletic Club que 'venera' jugó durante las cuatro últimas temporadas a las órdenes de Ernesto Valverde.
Cuentan que, luego de convertirse en el ser a rehabilitar de 'La Naranja Mecanica', llego a tener espasmos en el alma. Tantos días con luz, tantas noches con los párpados 'apalillados', le han dado para, visto lo visto en el Athletic-Alaves, penúltimo partido de la primera vuelta de la liga Santander, extraer la esencia más pura y sencilla del libro de estilo de 'Txingurri' y plasmarla sobre el tapete que era el rectángulo de juego de San Mames a partir de las 18:30 del 7 de enero de 2018, domingo, ese día que, en el cole se nos decía, los niños que éramos debíamos dedicarlo por entero a jugar hasta el estropicio con los obsequios que los Reyes Magos de Oriente habían colocado junto a las mullidas zapatillas, los embetunados zapatos y las botas de fútbol Trevinca aquellas que anunciaba por la tele el ceuti José Martínez 'Pirri'.
Tras tragárselo todo, operado el máximo denominador común, utilizo los entrenamientos a puerta cerrada de Lezama para adiestrar a sus leones con el último fin de la doma. Leones jugando a la carta. Leones enrabiados. Leones juiciosos y también desnortados. Probó también el 'Menu del dia': fácil de preparar y de ningún modo indigesto. "Menu del día", se dijo. Aunque sea, o por ser, a la hora de la merienda. Mortadela. Pan con chocolate. Cabeza de jabalí. Viaje al fondo del mar. Cesta y puntos. Camino del récord. De que se trata. Que pretendo. Que espera de mí la fiel parroquia de San Mames. Volver al origen. Hacerlo fácil. Retornar hasta llegar al inicio y recorrer como si nunca el carril de la memoria. Lo primero que hizo el de Larrainzar fue ser mago capaz de que, por el famoso conjuro de birlibirloque, el fantasma de Arrizabalaga se esfumara antes de que San Mames se convirtiera en aquel hotel invernal en el que Jack Nicholson enloqueció aporreando con sus dedos una máquina de escribir. Con Iago Herrerin en la portería, brotó la ilusión, la alegría: uno sigue convencido de que si no se corta por lo sano, eso que en Madrid llaman 'caso Kepa' podría pervertir la historia del Athletic, poblar de horror los sueños de los niños, y hasta que en la placa donde se lee 'Licenciado Poza' la tinta se desdibuje hasta conformar lo terrible de 'Elm Street', con Freddy Krueger, sus manos de tijera y su terrible pijama de rayas. Por el bien del Club, y a estas alturas de la película, resultaría del todo insano que este hombre de 23 años terminara renovando por el Athletic a cuenta de una soldada tipo Messi y una cláusula de rescisión equivalente a la desaparición del equipo que se atreva a tentar a la suerte de tentarlo hasta el apaño. ¿Kepa?, no, gracias... Porque con el, el desasosiego, porque sin él, Herrerin, Remiro, Unai Simon, Hodei Oleaga Alarcia...y hasta el portero León que en este momento se esté gestando en la mirada amorosa de una niña que no sabe que en su futuro más lejano habrá de parir con dolor...
Él Alaves de Abelardo, el 'Pitu' llamado, el 'Glorioso' de toda la vida, aquel de Patxi Salinas y los confites de veinte duros, a mí, que quieren que les diga: o tan manso como un gato de peluche...o es que Ziganda, rescatado lo que de Valverde más crédito conquistó, se marco, quizás desde la tarde de autos hasta el extremo, una de 'Menu del día' que contento al tibio y al exigente, al que reza y al blasfemo, al que ruge y al que canta, al que come o calla, al que aplaude o se muerde las uñas, al que pide la luna o se quema con un tibio rayo de sol. Ziganda. Athletic. Este es el Athletic del que les quería hablar. "Un nuevo Athletic de siempre". Lema de la campaña de un presidente ganador. Laporte y Etxeita: como si Unai Nuñez no hubiera irrumpido y el cancer, felizmente superado, de Yeray hubiera sido un mal sueño. El De Marcos de Valverde, ese corredor infatigable que todo lo tapa con sus viajes de ida y vuelta. Iturraspe y Mikel Rico: la pareja que más éxito tuvo en las series televisivas de los domingos por la tarde. ¿Williams o Susaeta?... Miren, si me dan a elegir, yo me quedo con los dos, renunciando a aquella locura de juventud que me llevo a ver en Iñigo Córdoba al zurdo puro de banda izquierda por el que nuestra gente suspiraba de seguido a que Estanis Argote se retirara Zarautz a hacer ejercicios espirituales tocando su acordeón. En la media punta, dejemos que 'Rulo' rule, a su aire, a su bola, con sus desmayos a las primeras de cambio, con su arte para enfriar el balon, con el dame, toma que te la doy, filtrada te va la pelota, yo me voy al lado de Aduriz, más sabe el Zorro por viejo que por zorro, junto a él medro 'Como 'Medro' por su casa', que es la mía, este es el San Mames que yo quería y Ziganda no nos daba, perdido en ensoñaciones, obsesionado por no conseguir calar en nosotros el espíritu del que fue capaz de imbuir al Bilbao Athletic y su fútbol de dibujos animados.
Cayó Vesga, San José. Cayó Lekue. Por lesión cayó también Balenziaga: no hay Saborit que por Balenziaga no valga, con Valverde, Enric también solía ser de la partida. Aritz Aduriz, referencia: seguirá cumpliendo y cumpliendo años hasta que el reglamento permita que el Athletic juegue con once... más una réplica del Zorro, una silueta de madera clavada en el corazón del área en teórica posición de fuera de juego, del que se saldrá cuando la bola busque la olla y ese nueve del que aún nada se sabe pero del que todo se sueña rasgue con su espada la zamarra del portero hasta dibujar la zeta de la venganza. El Iturraspe más sereno plasmando cordura donde hacia no mucho todo era caos. A partir de su serenidad, de su ausencia de prisa, de su calma, de su elogiable sosiego, exploto el juego del Athletic como un delicado big-band. Mikel: cociendo y enriqueciendo. Iñaki Williams: tan desequilibrante como impreciso y fallon. Susaeta, aunando el criterio de toda la Catedral. En realidad, para uno, el Markel de Marcelo Bielsa siempre estuvo, jamás se marchó, pero existen los que creen que acaba de retornar luego de gustarse con Van Morrison y sus semanas astrales. Keep it simple Mantenlo simple. Hacerlo sencillo. Sin estridencias. Al Valverde más sensato le valía y le sirvió. Jugar al fútbol con gusto y un cierto estilo. Combinar. Asociarse. Sabiendo que manifestarse no es delito. El espíritu de Ernesto Valverde, el que llegó a congregar multitudes. El que se metía en Europa. El que arrolló al Barcelona que con una cierta arrogancia ahora finge que dirige, a golpe de talonario, el que, allí sí, opina sobre los árbitros cuando yerran en su contra.
A diferencia de Ernesto, Ziganda no ha perdido la elegancia. Y, tras desembarazarse del 'Glorioso Alaves' con una suficiencia llamativa, por no decir insultante, es como si 'Cuco' se estuviera divirtiendo con Yeray, Vesga y Undabarrena, mientras Etxeita vuelve a golear con Ernesto y Aduriz, de manera sumarísima, ejecuta a los porteros desde el punto de penalti. O el Alaves es muy flojo o el Athletic ha vuelto. "Un nuevo Athletic de siempre". Herrerin, asesinando el fantasma de Arrizabalaga. Las imperfecciones de Laporte. El Iturraspe que Bielsa escogió para dotar de equilibrio a su 'caótico', 'loco' proceder. El "Susaeta usted no sabe hasta dónde puede llegar el nivel de su juego". Iñaki Bolt, Usain Williams: tan rápido como impreciso y errático. 'Rulo' rula. Aduriz y el gol.
Primera victoria de 2018. Corta. Los leones pudieron y debieron golear. Los leones de Ziganda. El Athletic de 'Cuco'. Un plácido Athletic.
Por Luis María Pérez, Kuitxi. Exfutbolista y periodista