Memorias de un triste Mundial
Quedó escrito que 'un tal Jesús' se presentó en el templo a los doce años causando revuelo entre los sacerdotes debido a su discurso, impropio de un niño con querencia a una madera de cuyo cuño se construiría la cruz de su irreversible y último tormento.
Sorprendente su verbo a pesar de que de él se dijera que había hecho pájaros de barro y los había echado a volar. Un crío milagrero que habría de esconderse a fin de tramar a solas y en silencio la batalla final de la guerra de los treinta años. De 'Presentación' se habla.
Asustada su madre creyéndolo extraviado, en orgullo trocó su miedo cuando vio a un grupeto extasiado haciendo corro alrededor de un chaval que, a pesar de su clarividencia, desconocía que el fútbol era un juego que ya practicaban los etruscos. De ahí el nombre que se le puso al pelotón cuando a Italia le tocó el montaje del Mundial del '90'...
Telstar, Durlast, Tango, Azteca, Etrusco, Questra, Tricolore, Fevernova, Teamgeist, Jabulani, Brazuca, Telstar 18 Mechta, nada que ver con el 'royal' blanco de San Mames y el Adidas sin pedigrí de casi toda una vida en 'Preferente'. "Fútbol es fútbol". Desde el Mexico Azteca, la abeja Maya y sus medias de rayas, hasta el último golpeo de esa final en la que Néstor Pitana, como si le hubiera dado a la 'pitarra', echó la moneda al aire y le salió de 'Kante': "Saca Francia; Croacia, al resto", a los restos, mortales...
Los balcánicos se están quedando en los huesos mientras su presidenta, arlequinada y salsera, se prepara para el abrazo final que consuele a un seleccionado al que el 'VAR' de bolsillo de un trencilla veleta habrá de condenarle a 'cadena per-los cuatro años' que deberán esperar los 'hijos de los sárpatas' antes de poder disputar como debería ser debido un campeonato en el que no ganó el mejor, sino el más favorecido por una 'Ocasión' que saltaba al campo con peluca para evitar que la confundieran con 'Fortuna', la del cuerno de la abundancia, diosa 'bocinera' que ensordeció a la España profunda mientras en Euskalerria la gente se iba al monte, a la cumbre del monte, a bautizar a sus hijos y, de paso, despertar a los que nos habíamos quedado dormidos al calor del amor en un 'BAR'.
Qué es lo que falta que la aventura falta, yo tenía la pregunta, pero nadie, la respuesta para hacerme entender por qué el fútbol podía haber caído tan bajo. Países Bajos. Nederland. De allí despegó Alfonsito hace unos días para aterrizar en la acera que le es propia así a la casa de su ama como a esa otra que se dio en llamar 'de los sueños'.
Origen desconocido. Por no divulgado. El que bautizó la casa donde nacieron tantas vidas, y la de un niño y un padre que se perdieron de trágica manera, sabe lo que sabe, y de su mitad, la media. Alfonsito Holandara ezkondu zitzaigun. Conoció a una holandesa en la mitad de la vi-d-a, y, por no haber ni semáforo en rojo ni paso de cobra, se fue tras sus pasos así que éstos le llevaran allá donde América serpentea desde su volcánica estrechez que se hace fuerte a fin de que el poderoso norte no pierda su ligazón con el sur de Colombia, Perú, Uruguay, Argentina, Chile que, traicionando el canto de Jara y la poesía de Neruda, se había ido de 'parranda' en lo negro de la noche para despertar beoda y jugarse la clasificación borracha.
El inmenso Brasil que cedió ante una Bélgica elogiada por el mister 'canarinho' y empujada por una Holanda que, así como se dice que a falta de pan, buenas son tortas, alentaba al 'duque' Eden Hazard para que el sabor del triunfo traspasara una débil frontera que en su día se saltaran los 'tulipanes' para exprimir los corazones a base del influjo del rico zumo de naranjas así que fueran mecánicas y muy mal vistas desde que el cine de Kubrick hizo cascaras moldadas con vestigios de violencia.
Alfonsito no sabe por qué Holanda no es ni sombra de lo que fue, ignora ese modo tan huidizo que el fútbol utilizó para dejar de ser total en beneficio de la miseria de unos pocos. Saca del bolsillo su teléfono móvil y me enseña la reliquia más valiosa del mundo (su mujer de hoy, la niña de entonces mirando a una cámara que busca, hasta encontrar en la pantalla del televisor, a Johan Cruyff cuando era 'el flaco' más talentoso del planeta fútbol), al menos para alguien que descubrió a Johan Cruyff aquella tarde en la que 'Txule' abofeteara al genio holandés un trozo de tiempo después de que él Ajax sometiera a 'Europa' sin necesidad de recurrir al rapto, como Zeus, disfrazado de toro, se viera obligado a hacer con tal de beneficiarse el amor de todo un continente.
Sin Holanda en el momento decisivo, los de naranja ansiaron el amarillo, rojo, negro, blanco, salpicón de 'balones' bailando 'flamenco', la FIFA es padre que obliga a vestir a sus niños desde los pies hasta la testa, mérito tiene lo de Fellaini, acostarse y levantarse sin que su peluca natural no dé señales de que el cabello haya pasado la prueba de la ducha, redondo, rizado, espeso, lo que el agua resume la sequedad levanta para que todo vuelva a su ser. ¿Por qué no ganó Bélgica el mundial de Putin?...
¿Por qué, en cambio, Francia, sí? ¡Allez, Allez la France!... La ETB, así en euskera como en castellano, a falta de una selección vasca que traernos a nuestros ojos, riza el rizo de lo imposible al noticiar que Deschamps "es el primer entrenador vasco que gana un mundial", Deschamps, que nació en Baiona, Didier era un niño cuando cantaba la 'Marsellesa' con tanta pasión como ahora la está cantando, antes del partido final, en el vestuario, en la balconada que mira al Arco del Triunfo, no hay entre Macrom y este hombre de rostro 'afrancesado' una diferencia, por mínima que sea, a la hora de gritar, hasta desgañitarse, el himno de la Francia más colonizadora e imperial que un historiador pueda echarse a sus papeles...
Canta la Marsellesa como los hijos de Franco siguen cantando el 'cara al sol' se pone un@ más moren@. Llama poderosamente la atención que, en la vía que une Hendaia y Baiona, la bandera francesa se multiplique como si el trozo de un trapo contagioso fuera. Miro la tele y me asusto. La Francia de Robespierre es la misma que la de Napoleón, Le Pen, Tigana, Giresse, Platini y Luis Fernández. Son tan terriblemente ultranacionalistas que uno teme que aquel baserritarra de la Zuberoa más profunda, con el que únicamente valía el Euskera, esté en estos momentos, desde el otro mundo, festejando de memoria el 'Allez enfants de la Patrie'.
Zuberoa de Benito Lertxundi y aquel doble 'elepé' con portada de fábrica de armas de Orbaizeta donde la voz era caricia que se deslizaba por la piel empapada de notas: "Zuberoa: emakume edo igali / izpiluen izpilu"...Gorka Knorr, exiliado por amor en Kataluina, rompe en llanto por aquellos que..."Euskera baizik ez zekiten haiek, morts pour la patrie"...
En Francia el 'negro' está de moda siempre que su color case con el fútbol que gana finales: ¿Abrazaría Macron a estos africanos si fueran jóvenes 'manteros'?...Buena pregunta. O mala. Incómoda. Mejor no se haga. Sigue soñando la Marsellesa. De haber querido, los del sable fácil a la altura del cuello podrían haber montado una escabechina: sería que Alá serio estaba echándole la bronca a Arabia Saudí, y a Marruecos, Túnez, Senegal, Nigeria, Egipto traicionando a sus viejos faraones....
Soltero o...casado pablo picapiedra que da clases de lengua en la explanada de la casa consistorial en plenos 'Sanfermines': "una rueda de molino al cuello", ya fue dicho, y a "las aguas" del Arga, sabia decisión, escandalizar a los kilikis y zaldikos causa estragos hasta en la conciencia de un ser menor que se cree gigante por blasfemar en casa ajena.
España cayó -el que a Lopetegi mata a Hierro muere- a las segundas de cambio, y, de seguido, calló, y si las piedras no hablan es porque la doctrina del sable castellano no llevaba razón. Me espanta este Mundial. Ni atención le presté al grueso de los partidos. Bélgica. Y pare usted de contar. ¿Que termine, se me pide?...Sus deseos son ordenes. Memorias de un triste Mundial.