El Athletic en el Día Internacional de la Radio
Primero se fundó el Athletic, en 1898, y más tarde, el día de Nochebuena de 1906, se transmitió desde Brant Rock Station (Massachusetts) la primera radiodifusión de audio de la historia, que incluía una interpretación al violín del villancico “O Holy Night” y la lectura de un pasaje de la Biblia. Hoy miércoles, 13 de febrero, Día Internacional de la Radio, en tiempos de videoconsolas, redes sociales y series por streaming, el Athletic Club y la radio aún recorren de manera paralela un camino que comparten desde el siglo pasado.
El auge de las retransmisiones futbolísticas en directo, iniciadas a finales de los años 20 por la BBC, se alcanzó con la celebración del Mundial de Brasil de 1950. Basta imaginarse al pueblo charrúa pegado a un transistor, mientras escucha entre ruidos e interferencias cómo Alcides Ghiggia marca el gol del Maracanazo que convierte a Uruguay en campeona del mundo, para comprender que se consolidaba una era gloriosa para un tándem destinado a entenderse: el balón y la radio.
A principios de los años 50 comenzó Radio Bilbao a retransmitir partidos desde San Mamés. Al comienzo se habilitaron 2 cabinas radiofónicas, una para Radio Bilbao y la otra para el hospital de Santa Marina. Los enfermos que hasta entonces aguardaban la llegada de las palomas para enterarse de los goles rojiblancos dejaron de mirar al cielo y encendieron la radio. Tardes de domingo y fútbol.
Carrusel Deportivo
En 1954 nació el programa emblema de la radio futbolística, el Carrusel Deportivo, con conexiones sucesivas en las que se informaba sobre los resultados en los diferentes campos, y durante décadas miles y miles de aficionados rojiblancos se emocionaron con las gestas de los leones narradas a través de las ondas, gracias a prestigiosos locutores que sorteaban las dificultades técnicas de aquellos años con improvisados relatos cargados de épica y suspense.
Desde aquellos orígenes y hasta la fecha, han sido numerosos y muy queridos los periodistas radiofónicos vinculados a las retransmisiones de partidos del Athletic. Antonio de Rojo fue la voz de San Mamés en el primer Carrusel, y junto a él en Radio Bilbao destacaron Eduardo Ruiz de Velasco y su sustituto, Guillermo Fernández. Fueron tiempos de gloria para el Athletic y para la radio, repletos de curiosidades y anécdotas.
Como la protagonizada por Ruiz de Velasco el día que cubrió el partido de vuelta de Copa de Europa en Manchester donde el Athletic cayó eliminado en Maine Road, tras su mítica victoria en la ida en el partido de la nieve. Aquella tarde, la radio concitó a la hinchada rojiblanca, que ansiaba con expectación una nueva proeza. La BBC colocó a Ruiz de Velasco en medio de una de las tribunas, rodeado de hinchas ingleses, y el locutor narró el partido de principio a fin sin ninguna flema británica. Solo más tarde supo que una avería en la señal internacional que no pudo ser reparada impidió que su voz se escuchara en Bilbao.
Merece también su reconocimiento la figura de Sara Estévez, quien firmaba con el seudónimo de Maratón, y sus crónicas en Radio Juventud, donde también destacaron las figuras de Julio Garro y el narrador Paco Blanco.
Matías Prats y José María García también son leyendas radiofónicas, este último inolvidable en una fotografía a pie de campo en San Mamés, micrófono en mano en la bocana de vestuarios, envuelto en su abrigo para guarecerse de la lluvia y con botas de tacos para capear el barro que se acumulaba en la banda.
Bacalao, bacalao
Ya en la década de los 80, imposible no mencionar a Fede Merino y sus famosos bacalaos, cuyo testigo recogería enseguida Jose Iragorri, quien da nombre a la Sala de Prensa de San Mamés. La lista es numerosa y seguro que faltan nombres: Carlos Bacigalupe, Amalio Roca, Patxi Alonso, Alfonso Amezaga… Más todos los que en la actualidad cubren la actualidad rojiblanca y a quienes el Athletic Club felicita en el Día Internacional de la Radio.
Profesionales de las ondas que siempre han seguido a los leones por mil ciudades, a veces solventando obstáculos inesperados para no fallar a la audiencia rojiblanca. Como cuando el Girondins de Burdeos, en 1984, exigió a Radio Popular un millón de pesetas por radiar el partido de Copa de Europa en el Parc Lescure. Se negaron. Lograron dos entradas a través de un contacto en Burdeos, no usaron los pases de prensa, se metieron en la grada con el material de emisión escondido entre la ropa, salvaron los cacheos a la entrada y retransmitieron a escondidas el partido entre el público.
Pero quizá, la anécdota más recordada y que hace justicia al papel que la radio ha desempeñado en la historia rojiblanca es la que protagonizaron los jesuitas Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino en mayo de 1984. En medio de una balacera del ejército contra la población salvadoreña, refugiados en el campanario de la catedral, Ellacuría preguntó a Sobrino cómo estaba la cosa. Las balas silbaban sobre sus cabezas, pero la respuesta de Sobrino dejó una puerta abierta a la esperanza: “No todo está perdido, acaba de marcar Noriega”. Lo había sabido gracias a un pequeño transistor con el que seguían a su equipo del alma. Al conocer la noticia, Ellacuría sonrió y añadió: “Ya te lo decía yo, Dios nunca abandona del todo a sus criaturas”.