Superando como puede el disgusto de verse expulsado a los cinco minutos de juego en la partida que su compañero del Athletic Club Gorka Guruzeta disputó y venció ante el Sevilla FC de Sergio Reguilón, Dani García le está sacando chispas al aislamiento provocado por la pandemia del coronavirus COVID-19.
Aparte de entrenarse físicamente para cuando vuelva LaLiga Santander, de tocar la batería preparando el retorno a ensayar de su banda 'Orsai', el centrocampista de Zumarraga está haciendo también sus pinitos en la cocina.
Algo que no podía ser menos con ese nombre, clavado al de su tocayo Daniel García, el cocinero de Marbella de 44 años que acumula tres estrellas Michelín con su restaurante 'Lobito de Mar'.
El pupilo de Gaizka Garitano, infatigable en su trabajo en el centro del campo rojiblanco, que se ha hecho un absoluto imprescindible en las alineaciones del equipo vizcaíno, se ha lanzado a hacer su primera paella.
Por la foto y por los comentarios del futbolista guipuzcoano está claro que le debió quedar bastante bien. Es lo que hay que hacer en esta cuarentena. Se trata de entretenerse. Luego, aprovechando su tirón mediático de entretener a los demás y, de paso, si se puede mejorar o atreverse con diferentes facetas de la vida que en el quehacer diario habían quedado tapadas. Todo es ponerse.