Aduriz, una forma de retirada inmerecida para nuestro dios del gol

Se suele decir que las cosas dolorosas no por menos esperadas hacen daño cuando llegan. Todos teníamos claro que la carrera de Aritz Aduriz se había estirado mucho en el tiempo, hasta los 39 años cumplidos, merced a un cuasi milagro cercano al del personaje cinematográfico Benjamin Button. A partir de la treintena explotó este futbolista que ha sido el gran icono del Athletic Club y de San Mamés en la última década.

Un futbolista que nunca lo tuvo fácil, tuvo que irse dos veces fuera de Bilbao a buscarse la vida. En la primera era solo un meritorio con futuro. En la segunda ocasión dicen que hasta lloró en una Aste Nagusia al enterarse. Un maleficio de vía crucis que le ha acompañado hasta su retirada. Porque ha sido una retirada muy injusta en la forma. Primero porque llega a través de una lesión de cadera que le va a llevar al quirófano, y segundo porque tener que anunciarse el adiós de una leyenda de semejante calado, (el sexto máximo goleador de un club con más de 120 años historia), a través de un comunicado, hace surgir alguna pequeña lágrima.

Ya no estará Aritz Aduriz en la final de Copa, ni en la posible gabarra. No veremos otro partido ni otro gol de Aduriz. Duele.

Tendremos que aferrarnos al carácter recio del delantero del Antiguo, un deportista espectacular en muchas disciplinas, que ya nos ha pedido a todos centrarnos en salir adelante de la pandemia del coronavirus y no preocuparnos por su futuro ni su situación. Dice que va a estar bien y tendremos que creerle, siempre ha sido un tío directo y claro.

Ahora tendremos que asimilar los demás la noticia, recrearnos con sus goles como con la serie de Michael Jordan, muchos tantos y algunos de auténtica bandera. Lo fácil ahora es preocuparse por quién hará sus dianas. Alguien dará el paso, siempre ha sido así en este Athletic del que Aduriz lleva incrustado un ADN puro. Siempre lo ha reconocido, "somos diferentes". Se va nuestro 'dios',... Aurrera Athletic! Eskerrik asko Adu!