Justicia o humillación de Marcelino a Iñigo Vicente
'Fuego' contra todo jugador del Athletic Club de Bilbao que se mueva. Respeten, sin embargo, como en toda película que se precie, al 'pianista' que ambienta la comedia. No le disparen. No. No maten al músico. Marcelino García Toral. Director de la 'trama'. Compositor de la 'banda sonora'. Ruido. Ruido se necesita para que el técnico salga de escena mientras sobre un fondo de palmeras van desfilando los nombres de los protagonistas.
Los espectadores se levantan de sus asientos y desfilan; la imagen del entrenador del Athletic se va disipando entre la neblina de mayo hasta desaparecer. Previamente, en su condición de 'domador', había 'prestado' a los leones para que ejercieran de animadores necesarios en el 'Circo del Martínez Valero'. Por cierto, el más grande de LaLiga Santander. 108 X 70. Ahí es nada.
Este cronista acogió con alegría e ilusión al técnico asturiano en su llegada a San Mamés para relevar a Gaizka Garitano. El ambiente en torno al entrenador de Derio se había vuelto irrespirable
Atmósfera contaminada por la emisión de gases nocivos que se elevaban desde un verde reventado por los tacos de los futbolistas. Juego asimétrico. Partidos disímiles. Futbol con matices antagónicos. El 'mal aliento' terminó poniendo lo suyo. De boca de Garitano salió aquello de que "es el riesgo que se corre cuando juegan los jóvenes". O "quizás este equipo no tenga el nivel suficiente como para ganar con soltura dos partidos seguidos".
Hacía ya un tiempo que el universo 'Athleticzale' había sobrepasado esa línea que separa la crítica y la reivindicación del insulto y la grosería. Con seis partidos ganados pasó a 'mejor vida' Garitano: liberado del infierno, se instaló en ese paraíso que la calma inunda.
De no saber gestionar a la plantilla se le acusaba a Garitano...
De renegar de los jóvenes. De su apuesta vulgar y defensiva hasta el extremo. De reincidir a la hora de escribir su 'once' en las pizarras. Descalificación deportiva y personal. Fue un alivio su marcha. Para él y para una afición que, alertada del buen hacer de Marcelino, se aprestaba a saltar de júbilo con la conquista de la Supercopa. Real Madrid y FC Barcelona habrían de caer para que el Athletic pudiera levantarse hasta rozar el cielo con sus garras.
Del 'efecto Marcelino' se hablaba. De la confianza que inspiraba de cara a las dos finales de Copa. Ridículo. Vergonzoso. Caer de ese modo ante la Real Sociedad, más allá del fiasco, fue el inicio de un aguacero de dudas. La tunda ante el FC Barcelona, crónica de una goleada anunciada. Declarar que "la presión de ser el Athletic nos ha ahogado en lodo" era la peor de las excusas que García Toral podría haber ideado.
Y sin embargo, Marcelino era, para la afición, el presente y el futuro del Athletic. Toda carencia y daño sufrido que al técnico de Derio no se le perdonaban, al de Careñes, como si de soslayo.
Reparemos en que Marcelino era incapaz de sumar dos victorias consecutivas.
Se perdía poco. Cierto. Puro derroche. De empates. El equipo jugaba bien, regular, y hasta mal en ocasiones. Trayectorias en troquel las de Gaizka y Marcelino. Y sin embargo, el de Careñes, a la hora de enfrentar las ruedas de prensa, se convertía en mago de la palabra capaz de encandilar con su verbo a la parroquia de una Catedral vacía. Promesa.
Continua promesa la suya de algo hermoso que se espera y nunca llega. Una victoria que le siguiera a la otra, por ejemplo. Cerrar los partidos haciéndole ascos a los errores obscenos. Su palabra, sin embargo. Capaz de hipnotizar. De convertir las ruedas de prensa en crónicas de los partidos que él mismo dirigía. De hacernos creer que ese no ganar dos partidos seguidos no era carencia, sino un bonito registro para anotar en el Libro Guinness de los récords.
"La próxima temporada", se decía, "cuando parta de cero". Luego de que "en pretemporada se le deje hacer y deshacer a su gusto". ¿Y mientras? "Trabajar para poder ser más competitivos y poder, así, ganar el mayor número de partidos".
Seis partidos fue capaz de ganar el 'Athletic de Garitano'. Uno menos, cinco, el 'Athletic de Marcelino'.
Gaizka era un "gañán que no le sacaba partido a sus futbolistas". Marcelino, un "técnico top que se debe cepillar a media plantilla, y luego más". Marcelino García Toral. Tenía una bonita 'triada' para sumar nueve de nueve. Cerrar la Liga Santander luego de haber sido capaz de ganar dos partidos seguidos. En Huesca, 'al calor de Mikel Rico en El Alcoraz'. En San Mamés, leones acobardados a la espera de un latigazo.
Y en el Martínez Valero, el no va más. No poder caer más bajo. Marcelino García Toral, despachándose a su gusto. Sin importarle que hubiera un tercero en 'discordia' [el Huesca], el míster asturiano se soltó el pelo 'regalándole' la portería a Ezkieta. El lateral derecho, a Lekue. La banda izquierda, a Ibai Gómez. Unai Simón e Iñigo Martínez, ¡descansen! "Todo por la Patria". Lo más sangrante llegaría en el 71'.
"Tiene mucha gente por delante". "Yo diría que no lo vais a ver jugar esta temporada". O sea, y para el que haya sido futbolista, o sepa leer entre líneas, "Este tal Iñigo Vicente del que tanto me habláis" es 'más malo que la carne del pescuezo'. Se lo podría haber ahorrado el entrenador que lo había tenido postergado generando de este modo todo tipo de rumores sobre su figura de futbolista.
Su subconsciente le jugó una mala pasada a Marcelino. Muy mala. La peor de las pasadas. En un partido vergonzoso. En el tratado más abyecto sobre cómo manchar el escudo de la camiseta del Athletic, en el tramo final de la función que se celebraba en el Circo Ilicitano, a Marcelino se le fue la pinza.
Puso en escena a Iñigo Vicente para que pudiera ver en localidad de lujo el segundo gol del Elche CF. Les aseguro que yo, en semejante tesitura, no habría saltado al campo.
Iñigo Vicente, profesional y Athleticzale, no quiso poner el grito en el cielo dejando en evidencia el feísimo gesto de su entrenador. Como un 'Ecce Homo' el 'Mago de Derio'. "¿A quién queréis que suelte?". Claramente se escuchó. Y la 'plebe', presente, "¡A Barrabás!... ¡Queremos que sueltes a Barrabas!". Sin clemencia. Sin compasión. Cuando '18 latigazos' resultan insuficientes.
Las dos cosas, mi general.
Si GARITANO era un mal gestor ? Que es Marcelino?. Si ha ganado un partido más... y mira como salió.
Iñigo Vicente no es "truño". Igual tu sí. Solo hay que ver como ha jugado en el Bilbao Athletic, igual hablas sin haberle visto. Y muy cierto a Marcelino no se le está midiendo con el mismo rasero que a Garitano ¿Por qué? Esa es la cuestión. Igual los que son un "truño" y deberian salir son Alkorta y Elizegi.
El problema no es garitano ni Marcelino ni nadie.vicente es un chiko con una calidad muy buena pero para jugar en el Athletic no.pq?Los jugadores de calidad en lezama han pasado y nunca los quisieron pq lo que funciona es defensas leñadores mediocampistas segadores y delanteros de 2 metros u que hacen 100 metros en 9 segundos y no saben qué hacer con el balón.ostias que a esto del fútbol se juega con un balón y con los pies,no?vayamos al grano lezama lleva fallando desde hace muchos años .pq?pq solo hay vividores y no saben ni lo que hacer .yo si soy Marcelino ni hubiera venido este Athletic no le gana a nadie ni con Marcelino ni con klopp ni con Guardiola ni con bielsa.faltan jugadores de calidad y la calidad no la hay , cuando la gasolina se acabó se nos fueron dos copas y partidos y partidos ,menos mal que siempre hay 10 equipos peores y estamos hay .Es la realidad pero empezemos a mirar a niños que manejan la pelota y dejemos le crecer en sus equipos y haber lo que ocurre.la calidad es icnata ,Lezama no enseña nada el que va es pq es bueno ,en lezama te hacen coger peso te hacen la vida más pija pero nada más ,te enseñan cosas y te hacen perder las cosas que hacen muy buenos a esos niños que luego no sirven .los jugadores de calidad en lezama no llegarán a jugar nunca en el primer equipo .de 100% ni 1% porciento llega siendo un jugador con calidad .Así que sigamos fichando por Donosti y Navarra que es lo que hay y algún bizkaino pero exento de calidad,
Vicente es un truño
Y vengativo, eso son nuestros valores?
Pendenciero