Elecciones del Athletic: Y entre el barro, algunas flores

'¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita?'. La frase corresponde al considerado como uno de los mejores inicios de novela en castellano, con el que Mario Vargas Llosa engancha al lector a “Conversación en la Catedral”, reconocida como una de sus grandes obras. ¿Y en qué momento se jodió la paz social en el Athletic Club? O simplemente, ¿en qué momento se jodió la paz social?

Porque este barro en que se han movido las elecciones del Athletic constituye hoy, tristemente, la regla general de cualquier proceso electoral. Da lo mismo si las elecciones se dan en la asociación de ex-catequistas de Uribe Kosta, en la cofradía de seteros del Alto Deba, o en la alianza de intelectuales de la ruta del bakalao.

En todas habrá trampitas, ventajismos, maledicencias y bulos en las redes sociales, anonimatos reventados, comparaciones desafortunadas y descalificaciones sin gracia alguna,…

Aunque te presentes a vocal tercero de la hermandad de observadores de caídas estelares, al de 30 segundos de formalizar tu candidatura puedes tener un detective husmeando en lo peor de tu adolescencia.

Otra cosa que tiene su paradoja, pues en el momento en que se aboga por reintegrar y reinsertar a los delincuentes más abyectos, al que se hizo eco con 20 años de un chiste, que además de machista era horrible, se le debe condenar a la muerte social y profesional para el resto de su vida. Las cosas de nuestra sociedad líquida.

En las elecciones del Athletic ha habido barro. Y demasiado.

Jon Uriarte ha recibido baldes durante la campaña, y él mismo hizo detallada relación de lo que le ha llegado a él y a su candidatura (ultraderechistas, capitalistas pesebreros, drogadictos o incluso a él en persona, refinadamente cruel en su divorcio, lo que tiene especial mérito ya que ha sido siempre soltero) en la estupenda entrevista con que cerró su campaña en Tele Bilbao.

En esa entrevista alcanzó en mi opinión su mejor momento, remontando desde el valle en el que había entrado tras su cumbre inicial. Ahí mostró los conceptos y valores que han movido a la mayoría a votarle.

Pero en el último minuto, tras una campaña limpia y elegante, no tuvo mejor idea que recuperar a “la niña de Rajoy”, y mirando a cámara, comparar a los otros candidatos con txistorra y tortilla de patata española, respectivamente, y a él mismo, con un jugoso txuletón.

La metáfora fue poco elegante, a contraestilo, innecesaria y contraproducente, porque si no lo remedia pronto, puede ponerle en contra a mucha de la gente que se decantó por la txistorra y la tortilla española, bien ricas por cierto, y que juntos hacen la mayoría de la masa social votante.

Conociéndole, sólo me lo explico porque le habían dado como a violín prestado durante la campaña, y no le cabía una más. Y porque probablemente, se la preparó a modo de genialidad algún asesor aspirante a Iván Redondo.

Estoy seguro de que le pondrá remedio, porque a él y a su candidatura no les falta materia gris, empuje, experiencia en muchos ámbitos, búsqueda de los mejores asesoramientos especializados, capacidad de trabajo y pasión por el Athletic. Apuesto porque van a conseguir resultados.

Pero debiera tender puentes en varias direcciones y acercar a Arechabaleta y a Barkala a la marcha del Club, informarles, pedirles opinión, propuestas, involucrarles. Están muy capacitados y representan a mucha gente del Athletic. "Recuperar la paz social" no puede quedarse en palabras.

Y entre el barro, también aparecieron las buenas cosas del Athletic de siempre. Yo les pondría cara en dos personas...

Una, Aitor Elizegi, que se despidió a lo grande, dejando un buen trabajo, resultados y una organización electoral de la que disfrutar y sentirse orgullosos. Su presencia en el día electoral fue cercana y elegante. Señorial. De Bilbao.
Y para mi, lo mejor de las elecciones, Doña Amalia Torróntegui, madre del candidato Iñaki Arechabaleta.

Tuve ocasión de conocerla y entrevistarla con los compañeros durante la jornada electoral, en el set de Radio Popular.

Realmente lo que hice yo fue sostener el micrófono, porque esta mujer transmitía por si misma toda la pasión por el Athletic, pero de forma lúcida y hasta crítica, elegante, alegre, guapa, con una energía desbordante, hizo repaso de presidentes, de alineaciones, de historias de los de antes y de los de ahora, cantó el himno antiguo del Athletic con Iñaki Basabe a la guitarra,…

Todo con naturalidad, con respeto a todos, con cariño y atención de cada uno de los que estábamos. Con un sentido común que se echa tanto de menos.

Dijo incluso que no las tenía todas consigo con Marcelo Bielsa, pero que para presidente, con Iñaki iban a tener alguien trabajador, listo, preparado y buena persona.

Sólo al final de la entrevista acerté a decirle a aquella mujer arrolladora, que no creía que Iñaki pudiera tener una mejor publicidad que ella misma. Porque desprende todos los valores que yo quiero para mi Athletic.

· Por Gonzalo Arroita Berenguer, Letrado y Urbanista