Iribar, Iribar, Iribar es cojonudo, como Iribar no hay ninguno

Me dirigía a casa. Y al pasar por el 'templo', vi luz en las ventanas y juventud hablando. A resultas de Ukrania y su verdugo, el Dinamo de Kiev salió a escena. Los entorchados que le regalaba a la URSS, o sea, a Rusia. Un salto gigante nos dejó delante de los mejores porteros de la historia del fútbol. Antes de ir al grano de los postes y el travesaño, Eneko, perjudicado por sus 'años de menos', cayó en pecado mortal cuando dijo: "El Athletic Club de hoy sometería sin despeinarse a aquel que ganaba Copas a 'chorramortero".

Exagerado por la euforia del Carnaval, se le iba la cabeza cuando dijo: "Dani García, Vesga y Vencedor, un centro del campo muy superior al que conformaban 'Villar, Irureta y Txurruka".

¡Athletic, perdónale porque no sabe lo que dice! Qué atrevida es la ignorancia. El no saber. El no haber visto a aquel Athletic que desarboló a la 'Juve y sin embargo. El que se dejó robar la Copa del Rey por el Betis. El subcampeón de LaLiga. Lo más terrible, sin embargo, estaba por llegar.

"Los veinte porteros titulares de la Liga dejarían a Iribar en evidencia". No pude más. Mi tolerancia, hecha jirones. Estallé. "Iribar está considerado uno de los mejores porteros de la historia del fútbol". Quién lo dice, me replicó. "Los periódicos de ayer, los de hoy, los de mañana".

Lo dice 'L'Equipe'. Ese prestigioso rotativo francés que acuñó 'Athletic: Caso único en el mundo'. Lo dijo Lev Yashin, 'Araña Negra' que atrajo al 'Txopo' al 'panteón' de su telaraña. El guardameta ruso cuya vestimenta tomó prestada Iribar para defender la portería del Athletic durante 18 años.

Lo dijo Banks, Sepp Maier, Dino Zoff, arquero italiano en cuya figura el de Zarautz se veía reflejado. Hasta Dios lo diría si existiera; y de no 'ser', habría que inventarlo. Para que el tiempo, violento, retrocediera a aquellos años del álbum, los cromos y las canicas.

Gastar parte de la paga en la tienda de Marina y Bautista. Tantos sobres de cromos como mucha o poca fuera la cantidad de los duros y pesetas  Para el álbum no me daba. Lo mío era comprar sobres. Cuántos, Que más da, pocos, ya se ha dicho. Y que al abrirlos, los dos o tres cromos que contenían fueran trinidad de jugadores del Athletic. No recuerdo si los vi jugar en San Mamés.

Tampoco, en la tele. ¡Qué nombres, por favor, Etura, Senarriaga, Zorriketa! ¡Qué estampa la de estos tres leones! ¡Qué temblor el de las manos de ese niño!

Temblor, emoción desbordada cuando, ante unos ojos infantiles, la figura majestuosa de Iribar se le regalaba con esa  vestimenta negra de Yashin heredada, con esas medias a rayas horizontales, reflejo rojo de la pasión, pureza en el color blanco.

Ése era para mí Iribar. El virtuoso, el elegante, el poderoso.

El que para ser portero nació. El que, aún sin alas, volaba. El que hacía suyo el balón en las estiradas. El que, con la mano, largo, muy largo sacaba. Con precisión. Era tan recurrentes sus brazos, que el niño aquel del Campo de La Florida llegó a pensar [¡bendita inocencia!] que el portero del Athletic padecía de las piernas y los pies.

Una mañana le hicieron un 'robado' en Lezama. Horizontal. Paralelo a la raya de gol y el larguero. Equidistante de la cal y la madera. Fotografía con la que forré uno de aquellos libros del 'Cole'. 'Cole' se ha dicho. Colección. Iribar: ¡el cromo más difícil de la 'cole'!

Post Scritum: "Lev Yashin. El portero de mis sueños". Película dramática biográfica deportiva rusa de 2019. Seguro que José Ángel Iribar Kortajarena, "El Txopo", ya la vio presintiendo el oscuro final de un 'imperio' al que en Argentina le dirían "demacrado".

· Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista