Verdades y mentiras del debate sobre la Filosofía Athletic: ¿Qué buscamos en el Euskalduna?

De entrada, quiero expresar mi apoyo al resto de Socios del Athletic Club que plantearon el debate de la Filosofía, nuestro gran valor, lo que nos hace diferentes. Se dice que la Filosofía Athletic no se toca. Yo, como dije desde la tribuna de oradores del palacio Euskalduna, me ratifico y digo que la filosofía se puede tocar a la hora de concretarla y fortalecerla.

Vamos a ver si nos podemos aclarar: Absolutamente nadie quiere terminar con nuestra filosofía, sino actualizarla a nuestros tiempos, máxime, ante una sociedad globalizada se mire por dónde ser mire. Hay gentes que dicen que quiénes quieren "abrir el melón" (término que no me gusta nada), "pretenden llenar el Athletic Club de extranjeros".

Nada más lejos de la verdad. A partir de ahí, lo único que se pretende es abrir un debate sano, abierto, plural, democrático y asambleario. Evidentemente, puede haber tantas interpretaciones como Socias y Socios convivimos en nuestro Club.

Personalmente, siempre he defendido que aquellas personas que engloban lo que viene a ser la Diáspora vasca puedan tener acceso a poder jugar en nuestro Club.

A partir de ahí, toca delimitar hasta qué grado podría ser así. ¿Hijas e hijos de vascos? ¿Nietos? Es cuestión de debatirlo y de llegar a consensos. Y eso sólo se puede llevar a cabo abriendo ese debate dónde cada socia y socio pueda elegir la fórmula que crea conveniente.

Axiomas de la denominada Filosofía Athletic

Si se me pregunta a mí, diré sin pestañear que es vasco quién lleve sangre vasca. Siempre pongo el mismo ejemplo: Tengo bien claro que, si disponemos de libertades y de democracia se debe, entre otras muchas cosas a que aquellos Gudaris de 1937 (que tuvieron que salir “por patas” huyendo de la dictadura de unos sublevados) lucharon por lo que hoy entendemos por nuestras Libertades.

Otros, desgraciadamente, en vez de exilio forzoso, dieron su vida por la libertad y la democracia. Otras y otros acabaron dando con sus huesos en la cárcel o represaliados por defender aquélla justa causa. ¿Un hijo, nieto o bisnieto de aquellas personas que terminaros en Argentina, México, Chile o, entre otros lugares, Venezuela; no pueden jugar en el Athletic Club?

¿Los descendientes de aquellas gentes que mantuvieron y transmitieron sus ideales, su lengua, su cultura, valores, tradiciones en el exilio, no son vascos? ¿Esos descendientes pueden jugar en nuestra Euskal Selekzioa y no pueden jugar en el Athletic Club? Algo no me acaba de encajar que no pase por la desmemoria histórica.

En cambio, como Athletic Club tenemos contabilizadas en nuestro haber 51 trampas al solitario. Por oír (aunque no comulgue con ruedas de molino) hasta han intentado argumentarme que Iparralde termina a unos 150 kilómetros más al norte de sus lindes histórico. Un trágala en toda regla que, al menos, conmigo, “no cuela”.

Lógicamente hay otras personas que se sienten cómodos con la actual y única redacción histórica acerca de lo que se define por filosofía y que se encuentra plasmada en la página web del Club y que delimita la misma a “personas nacidas y/o formadas en Euskal Herria”. A mí, y a cientos de Socias y Socios no nos convence por lo que se solicitó en Asamblea (y de forma CAUTELAR) que se eliminase esa definición de la referida página web.

Y esto se argumentó por que fue una decisión adoptada por 1+15 personas (o por 15+1 personas), cosa que da igual ya que, lógicamente, no deja de ser la opinión de 16 personas sobre una masa social de casi 44.000. Por cierto, el Club dispone de siete días para comunicar al solicitante si su petición de cautelar ha sido o no tenida en cuenta, plazo, a día de hoy ya excedido.

Pero, como cualquier otra, no deja de ser una opción del todo respetable. Una definición que, si una vez debatida resultara ser con la que se identificase la mayoría tras una aprobación asamblearia (solo asamblearia y no unilateral), pues sea.

Como demócrata, a partir de ese momento la haría mía y la defendería cosa que, a día de hoy no puedo hacer por los motivos descritos: En primer lugar, porque la inserción de ese texto no fue refrendado asambleariamente y, en segundo lugar, porque mucho me temo que, a día de hoy, aquella decisión adoptada por 16 personas no pasaría el corte de una Asamblea Universal (un Socio, un voto).

De hecho, jurídicamente ese texto insertado en la página web del Club no tiene valor alguno y prueba de ello es que está dónde está y no en nuestros Estatutos.

Ahí está el debate servido para ser consensuado por nuestra masa social mediante un proceso participativo que habrá que articular de la forma reglada correspondiente. Y más pronto que tarde ya que dejar claras las reglas de juego (evitando interpretaciones interesadas, trampas, trampitas y picarescas) es algo que se antoja del todo lógico y normal en nuestros tiempos.

Y ese debate, que ya está sobre el tapete y que defendimos desde la tribuna de intervinientes unos cuantos Socios-Compromisarios (en nombre de un amplio grupo de socias y socios), no es algo improvisado que surge de la noche a la mañana.

Se trata de una deliberación que ha conllevado meses de puestas en común y compilación de muchos puntos de vista y muchas aportaciones y matices de todo tipo. Asimismo, y como erróneamente se ha llegado a publicar, no se trata de nada relacionado con el matiz “generacional”. De hecho, la apertura de este debate es algo defendido tanto por el Socio Número 1 del Athletic Club (en la fotografía de cabecera) como por socias y socios que, por edad, podrían ser -como poco- nietas y nietos del Sr. Juanan Virumbrales.

Y es que esa -preciosa- visión romántica de nuestra filosofía no puede sustentarse en el argumento de mantener las tradiciones. Si mantuviésemos todas las tradiciones fundacionales, nos encontraríamos con un equipo lleno de ingleses. Luego, bilbaínos. Después bizkainos… Más tarde, vascos. E, insisto, todo esto salpimentado en el tiempo con 51 trampas al solitario contrastadas.

Y, siguiendo las tradiciones, no podría haber Socias en el Club, no podría izarse la ikurriña en nuestras instalaciones, utilizar el euskera en nuestras publicaciones… Y es que estamos en el año 23 del siglo XXI con todo lo que ello conlleva: La citada globalización, la multiculturalidad en nuestro entorno, la innegable movilidad laboral, etc...

Sobre el particular, el Primero de nuestros Socios llegó a declarar que por qué no podría jugar en el Athletic el hijo de su nieto (que sería bisnieto, nieto e hijo de Socio) si naciese en Madrid por la sencilla razón de que su Aita no tenía trabajo aquí y lo consiguió allí. Algo parecido a lo expresado por el Socio-Compromisario Txema Ondero, cambiando Madrid por Alemania… Un futuro nieto del citado que lo primero que vestiría lo sería un pijama del Athletic y las primeras palabras que oiría lo serían en euskera. Y razón no les falta.

También es inolvidable el pitote que le montaron al anterior presidente del Club, Aitor Elizegi, a cuenta del fichaje de Bibiane Schulze (de madre bizkaina y biznieta de Pacho Belauste, jugador del equipo rojiblanco en la década de los 20 del pasado siglo). Y es que es algo que encajaba en la filosofía, encajaba su familia, su trayectoria, su conocimiento del Athletic, su respeto a nuestro escudo. "La filosofía no se escribe para debilitar a esta entidad, sino para fortalecerla", algo que fue defendido por quien escribe este artículo en la tribuna de oradores ya muy entrada la madrugada y ante, tristemente, un puñado de Socias y Socios-Compromisarios.

Pero ahí estaban los que se llaman “puristas” (una postura ortodoxa que respeto como cualquier otra) diciendo que la jugadora no era vasca sino alemana. Ya me gustaría saber cuántas de esas personas la hubiesen entendido si Schulze se hubiese dirigido a esas personas no en alemán, sino en euskera.

El debate perverso sobre la Filosofía

Y es que resulta hasta perverso mezclar tradiciones con Memoria y con identidad. El debate resultaría eterno: ¿Quién es vasca o vasco? ¿Quién está facultado para repartir carnets de vascos hasta el punto de decir tú sí y tú no? El Mundo está repleto de vascos… A modo de ejemplo básico, en el listín telefónico de México D.F. constan más apellidos vascos que en toda Euskal Herria. Esto lo digo por si nos da por ponernos estupendos.

Así (y no deja de ser mi opinión) es vasca o vasco toda aquella persona que lo acredite y reivindique, haya nacido en Bilbao, en Madrid o en Buenos Aires.

Imaginen que en un futuro pudieran participar en un referéndum sobre el futuro de nuestro Pueblo. Quienes lo acreditasen y solicitasen dispondrían de pasaporte (de doble nacionalidad) así que, ¿podrían votar en Euskal Herria pero no podrían jugar en el Athletic Club?

Es algo realmente extraño, pero, para quién piense que lo anteriormente expuesto es un futurible incierto, tenga en cuenta que, en la actualidad, muchas de esas personas sí podrían jugar en la Selección vasca de fútbol mientras que no lo podrían hacer en nuestro Athletic Club. Curioso… Tan curioso como incomprensible.

Den ustedes una vuelta a esto. No es ninguna marcianada como la que nos describe el vasco-mexicano Juanjo Arrese, quien declara tener 4 hijos: “Dos vascos y dos marcianos”, corte de audio que también fue escuchado en la Asamblea Ordinaria del pasado 31 de octubre.

• Por Iñigo Landa Larrazabal, socio compromisario del Athletic Club