Ver a Jauregizar en llanto, a Unai Gómez peleando cojo, eso es el Sentimiento Athletic
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Voy a intentar resumir mi amor por el Athletic Club. Si fuera un texto, o el argumento de una película, no sería muy difícil. Recortas partes y las unes como piezas de Lego para dar algún tipo de coherencia al escrito. Viene a ser más difícil cuando de lo que se trata es de resumir un sentimiento. Explicar de forma concisa el por qué de una pasión. Es muy complicado condensar todas las veces que tus entrañas te han hablado y te han guiado por la vida.
Podría hablar de mi primer recuerdo de la mano de mi padre, camino al viejo San Mamés para asistir in situ al famoso partido de homenaje a Goiko, cuando no era capaz de ver más allá de la marabunta. Otro podría ser la clasificación a la Champions en el Centenario y aquel gol de Etxebe que nos sumió a todos en un estado de máxima felicidad. O Manchester y el abrazo silencioso en el portal, otra vez con mi padre, por haber hecho posible ese momento.
Pues el partido del otro día del Athletic ante el Barça se ha sumado a la lista
Muchos han hablado del orgullo generado ganando a esa máquina de aplastar sueños, pero me gustaría también hablar del orgullo transmitido. Esos jugadores, nuestros jugadores, extensión de nuestro pueblo como dijo Marcelo Bielsa, lucharon sin descanso, mirando cara a cara a gente que les duplica en “valor de mercado” y en experiencia. Sudaron hasta la última gota de su sangre, empujados por todos aquellos que siempre hemos querido estar en su lugar, y esa es la clave.
Todos y cada uno de los que animábamos, hemos tenido algún momento en nuestra vida (y los seguimos teniendo) en el que hemos deseado con toda nuestra alma poder representar al resto en el campo. Lógicamente la vida nos ha puesto en nuestro sitio, pero nos ha dado la oportunidad de ayudar de una forma diferente. Animando y empujando desde nuestra localidad.
Ver a Jauregizar a punto del llanto, ver a Iñaki Williams extasiado y extenuado, ver a Unai Gómez cojo del esfuerzo, y verles celebrar con nosotros, es el motivo por el que he sido, soy y seré del Athletic hasta que me muera. Me representan, me enorgullecen y me permiten “jugar” con ellos. Aunque para muchos no compitamos en igualdad de condiciones, como dijo una vez nuestro capitán, 40.000 contra 11 no me parece jugar en desventaja.
· Por Eduardo Elejalde Cobo, Socio del Athletic Club
