La gloria espera al Athletic, con el permiso del Mallorca

Este próximo sábado el Athletic Club se enfrenta al Mallorca en la final de la Copa del Rey, en uno de esos instantes que en la biografía de cualquier entidad queda enmarcado con letras de oro si la historia termina bien.

Estamos siendo testigos de un momento histórico para el conjunto rojiblanco. Si realizamos un ejercicio de sinceridad muchos coincidiremos que en plena pretemporada nadie o muy poca gente apostaba por un futuro pleno de éxitos que ahora mismo está mostrando y logrando el equipo de Ernesto Valverde. Se han superado expectativas y los rojiblancos afrontan un final de temporada muy ilusionante.

Mirando ya al partido en La Cartuja es cierto, y a nadie se le escapa, que el Athletic es el gran favorito ante un Mallorca que llega de tapado y mucho menos presionado. Dicho lo cual, y asumiendo esa condición de favoritos que la calidad futbolística, la trayectoria en liga, la masa social, y la experiencia en estas lides le otorga, es verdad que estoy viendo demasiada euforia, demasiado dar por hecho cosas, demasiado hablar de recibimientos y gabarras. Tengo la sensación de que en muchos ámbitos la cita del sábado en Sevilla es poco menos que un mero trámite, un tener que jugar para cumplir un protocolo necesario para que Iker Muniain levante la Copa del Rey. Y todo esto está sucediendo sin que haya comenzado el partido y el balón haya comenzado a rodar.

La parte positiva es que estoy plenamente convencido que toda esta euforia desmedida no ha calado, y no ha traspasado las puertas del vestuario del Athletic, y que un técnico tan sensato como Valverde sabrá modular estas emociones.

Y pensando más en lo que será la final el Athletic debe ser fiel así mismo, a lo que ha venido haciendo y tan buenos frutos le ha dado durante toda esta temporada, especialmente jugando en la Catedral.

Tienen que ser protagonistas, tienen que ir a por el rival, no deben especular, debe asfixiar con su excelente presión en campo contrario la salida del balón de los baleares, y deben sacar petróleo del juego por bandas que tantos problemas causa a las defensas contrarias. Y del mismo modo el Athletic tiene que tener esa firmeza, esa solidez esa consistencia en el plano defensivo que hace de él un equipo fiable, y tremendamente incómodo para sus rivales.

En definitiva, hay que ser fiel a uno mismo, no improvisar situaciones que durante el año no has utilizado y no están testadas y dar todos y cada uno de los jugadores lo que sí han demostrado durante todos estos meses de competición.

Por último, me quiero acordar de los más jóvenes que nunca han vivido un éxito de este calado si es que llega, y de los mayores que por edad puedan pensar que están ante una de las últimas oportunidades de disfrutar la gloria en rojo y blanco.

· Por Rafa Arberas, Onda Vasca