La clave para el Athletic estará en revolver el avispero del Mallorca
-
Nico Williams recuerda con cariño una anécdota con Patxi Puñal en Osasuna: "No sé si se acordará"
-
Las palabras en euskera de Álvaro Djaló que ilusionan a la afición del Athletic: "¡Hasta pronto!"
-
A Iker Muniain se le cae la baba con su hijo en el Athletic: "Juega arriba como yo"
6 de Abril de 2024, otra final de Copa, otra fecha a recordar, otra fiesta, otro rival, otro desenlace, espero. Todos los Athleticzales añoramos, por fin, una victoria y levantar el trofeo. Para lograrlo es necesario competir mejor que en las anteriores ediciones, sin duda. En definitiva, los aficionados no solamente queremos disfrutar de un bonito y colorido día, sino que queremos salir campeones.
Como no puede ser de otra manera existe un optimismo inquebrantable en la parroquia rojiblanca, pero eso sí, deberíamos aplicar una gran dosis de cautela. Y eso lo saben los jugadores y Valverde, un tipo con profundos conocimientos en estas lides y defensor de la discreción. Me quedo con una frase suya una vez finalizado el partido en el Bernabéu: “La distancia entre el Mallorca y nosotros es mínima”. Una frase contundente que resume perfectamente la dificultad de la contienda. ¿Por qué? Porque enfrente está el R.C.D. Mallorca, un plantel que está descargando todo el favoritismo en el rival y que emocionalmente están en su punto más álgido, con su objetivo principal en Liga casi conseguido y, por tanto, confiados en sus posibilidades de ganar.
Sin extenderme en números estadísticos tan recurrentes en la actualidad, lo cierto es que en una final la relativa distancia se reduce aún más, y en ésta no será menos. Y tiene su base. A un único partido cualquier situación puede acaecer. Cada equipo tiene su estilo de juego, el nuestro ya lo sabemos, el suyo es diametralmente diferente amparado en la solidez defensiva y en rentabilizar al máximo su juego de ataque.
En el equipo bermellón todos confían plenamente en lo que hacen. Está dirigido por un excelente técnico y gestor de vestuario, como es el “vasco” Aguirre, que ha logrado formar un equipo compacto, trabajado a conciencia sin balón, rocoso y difícil de superar.
Los peligros del Mallorca para el Athletic
Normalmente el dibujo más representativo es un 1-5-3-1-1, aunque es modificable a un 1-5-4-1 como comprobamos recientemente en San Mamés. Su desarrollo en el campo se cimenta en la sobriedad en la portería, en el entendimiento de los tres centrales, Valjent, Raíllo y Copete, que vigilarán a Guruzeta y asumirán las entradas de Sancet y las ayudas a las diagonales de los hermanos Williams; en sus carrileros, Gio y Jaume o Lato, pendientes de saltar a extremos; en sus dos interiores fijando a los laterales, y en un punta que incomodará la salida de Galarreta. Su objetivo grupal es evitar la creación de espacios interiores para que el rival traslade su juego a los pasillos laterales y que busque centros laterales donde ellos se sienten cómodos. Si anulan la fase ofensiva del Athletic empezarán a crecer en la final.
En ataque, aparte de Larin que aporta trabajo y desmarques al espacio, o Prats, que aporta calidad en el juego posicional, su máxima representación es Muriqi, un jugador de una gran envergadura que es la referencia ofensiva por su gran capacidad de retención de balones y que permite transitar rápido al resto de líneas. Aporta calma y tiempo para el despliegue de sus compañeros y sobre todo con el objetivo de buscar la incorporación de los carriles. A partir de ahí, generan superioridades con los interiores buscando constantes centros al área rival. La creatividad en el juego posicional recae en Mascarell, Darder, Samu Costa, Morlanes o Antonio Sanchez, distribuidos en una estructura 1-2 o 2-2. Además, poseen una fortaleza conocida en situaciones a balón parado.
Sin caer en favoritismos que no ayudan en nada, la clave estará en revolver el avispero. Áupa Athleticcccccc!!
· Por Pablo Palacio, Entrenador de fútbol