Un Athletic de físico preocupante que desnuda sus carencias técnicas

Se me está haciendo muy larga la pretemporada del Athletic Club. Será que, mientras Ernesto Valverde trajinaba buscando la puesta a punto de los leones me ocupaban otros eventos. Me hice eco de las palabras de Oscar De Marcos: "Es como si no tocaran el suelo", en referencia a las incorporaciones más veloces; y sí pisaran tierra cuando vi algunos fragmentos de la goleada [4-0] que, en su partido de presentación, el Stuttgart alemán le encajó al Athletic.

Ese repaso, sumado a la derrota [3-0] ante el Sporting de Lisboa, lo viví como un mal sueño del que deberíamos despertar para hacerle frente al Getafe de Bordalás. Sin embargo, como ya fue escrito, los del Coliseum se elevaron sobre el Athletic gracias a ser más rápidos, más fuertes y conseguir volar por encima de las cabezas de los leones.

Horma azulona del zapato del Athletic...

Pago en tierra ajena con la moneda de curso legal que circula por el Botxo. Sin ser visto por las cámaras de la plataforma que cubría el partido, Bordalás saqueó el vestuario del Athletic. Se apropió de sus armas. Ejercicio de impotencia por parte del equipo zurigorri.

Si en el Lluís Companys el Athletic de Valverde quería doblegar al FC Barcelona, debería tomar ejemplo del Getafe de Bordalás. "Más rápido, más fuerte, más alto".

No se trataba, sin embargo, de un imposible, sino de ser fiel al pacto sellado a fuego entre Jon Uriarte, presidente electo, y Ernesto Valverde, su apuesta para el banquillo.

"Rock and roll" le pedía Uriarte Uranga a 'Txingurri'...

Metáfora musical encadenada hasta convertirse en la alegoría de una frenética manera de entender el juego. Valverde captó el mensaje. Y consiguió llevarlo a la práctica a base de una presión alta y asfixiante. Ya con la posesión del balón, imprimirle al juego un ritmo brutal. Transiciones coordinadas. Difícil de parar. 'El equipo más intenso de la Liga", gritaban a coro periodistas, entrenadores y futbolistas.

Esa manera de interpretar el juego, ese "rock and roll" exigido por el presidente, no habría sido posible sin una condición física excelsa de los leones. Desde que se bajaron de la Gabarra hasta que recibieron al Getafe en San Mamés, qué fue de vosotros, leones; de qué modo preparaste la puesta a punto del equipo, Ernesto Valverde. Preguntas obligadas al constatar que el Getafe se paseaba [casi] por el siempre "temible San Mamés".

Sin su seña de identidad, el Athletic era un equipo incapaz de pisar allá donde todas las huellas de su tiempo. La grada, mientras, sin entender lo que ocurría. Y en eso, la visita a uno de los 'dentistas' que ejercen en la máxima categoría. Un FC Barcelona que se ha echado al monte a la espera de que su casa esté a punto. Uno de los peores partidos del Athletic con Valverde en el banquillo. De principio a fin. No caben paños calientes cuando el mal habita la esencia mas pura del equipo.

Visto lo visto en la segunda jornada del presente ejercicio, se puede hablar de un Athletic cuyo estado físico es preocupante; penoso en lo táctico; carencias que desnudan una técnica impropia de futbolistas de élite.

Vista la parte final del Espanyol vs Real sociedad [0-1], juego de alegre calidad por parte de ambos equipos, me decía: "Qué distancia tan brutal; que mundos tan separados". Siendo el RCD Espanyol un equipo recién ascendido, y habiendo quedado la Real Sociedad por debajo del Athletic en la [2023- 2024].

Volviendo al Olimpic Lluís Companys, les confieso que, visto lo que veía, mi yo más profundo decidió asumir la derrota en vez de sufrir estando con el alma en vilo. Un Athletic penoso ante el que el FC Barcelona apenas tuvo que pensar, ni emplearse a fondo, ni desgastarse para doblegar a este irreconocible Athletic de Valverde.

Sobar con parsimonia la pelota los dos centrales hasta encontrar una línea de pase que la ubicara en la medular. A partir de ahí, activar el talento individual, de uno en uno, porque asociarse les parecía un exceso. De ese modo tan simple. Porque no cabía derroche ante un Athletic vulgar, físicamente hecho unos zorros, tácticamente, al garete; la técnica, por los suelos.

Sin autoestima. Este Athletic parece estar en el inicio de la pretemporada. Así acepté yo el trance. Nacido para perder, del mismo modo que cuando asciendo el Serantes con las ultimas luces de la tarde, dejando el castillo a mi espalda, asisto a la enésima puesta de sol. Se esconde, se acuesta, que es como si muriera. Muerte dulce, necesaria. Volverá a salir, en el amanecer, allá por occidente.

Del mismo modo que asisto a la puesta de sol desde lo alto del Serantes, asistía al FC Barcelona vs Athletic. Un Athletic destinado a ocultarse por el occidente de la montaña de Montjuic. Condenado a morir. Como el día muere. Así fue. Y que así siga siendo. El Athletic. Nuestro sol. Que se ocultaba hasta morir mientras de fondo sonaba "Balada triste en Montjuic".

• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista