Oihan Sancet, un depredador en la selva de Vallecas
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El navarro lleva una temporada espectacular con el Athletic
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Y eso que el tobillo le sigue dando guerra con muchas molestias
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Aparte de 2 golazos, Oihan Sancet deja una marca histórica en el Athletic
Oihan… Sancet… Oihan Sancet… Como si en sueños el ángel se me hubiera aparecido y revelado el beneficio del regreso. A Vallecas. A la 'Calle del Payaso Fofó'. Al estadio del Rayo. A ese rectángulo tan especial que los de Iñigo Pérez convierten en un cuadrilátero al que le dicen "ring". Al córner, a la esquina, al rincón en el que me había quedado dormido tras el 'revés' que me encajó Nteka aprovechado la 'negligencia' de Aitor Paredes. Como si hubiera perdido la conciencia. Mecanismo de mi cuerpo para defenderme del daño provocado por un golpe tan severo.
Regresé. Volví a la esquina que me estaba esperando. El Athletic Club seguía por debajo en el marcador. Lo que veía no me gustaba. El partido no pintaba bien. El Rayo escenificaba el por qué de su nombre. Iba, incluso, más allá.
Por simpatía, se aproximaba al "Hurricane" en el que Bob Dylan defendía la figura de Rubin Carter, un boxeador al que la justicia, tramposa, le había pagado con moneda falsa. El Athletic, contra las cuerdas, que eran dieciséis. Los pupilos de Valverde, perdiendo a los puntos.
Si se quería ganar lo pelea, era necesario hacerlo por K.O. O sea, tumbar al Rayo. Mandarlo al piso. De lo contrario...
Ernesto lo comprendió. Tenía armas para ello. Muy leído de Calderón de la Barca, musitó, "Qué es" el partido, "Un frenesí". "Qué es" el fútbol, Pura invención. "Ilusión, sombra, ficción". Movimiento sísmico en el banquillo del que deriva la irrupción de Oihan Sancet en la lona.
Ernesto, corrigiendo al poeta. "Cuando el mayor bien" NO "es pequeño". Oihan, depredador en la espesura de la 'Selva'. Anticipando su olfato a la sangre que terminaría haciendo. Un animal mas poderoso que el Rayo.
Oihan Sancet inventa y golpea para el Athletic
Porque fue su instinto el que lo guió para convertir en maravilla un 'complicado' envío de Nico Williams al segundo palo. Su instinto, también, el que le indicó que debía ser compás girando un cuarto de circunferencia su cuerpo poderoso, privilegiado. Porque el balón que le entregó su compañero, De Marcos, más que un pase, fue la dejadez del que le pide, sujétame la pelota.
No le hizo caso. Golpeo delicado, y brutal al mismo tiempo. Solo los elegidos cumplen sus promesas. El Rayo, en el piso. Antes de cerrar los ojos, Íñigo Pérez se acordó de que "toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son".
'Contra' de Kuitxi, y tambien de Calderón. La tarde noche en la que Sancet disipó cualquier duda acerca de su nombre. Oihan. Un depredador en la 'selva' de Vallecas.
• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista
No me cabe la menor duda de que ES EL MEJOR. Nico ni su hermano no están a la altura de este excelso jugador. Ya a la selección.