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El Athletic Club de Ernesto Valverde, el mismo del póster de la Gabarra, que acaba de renovar al pujante Nico Serrano, se repuso este domingo en Vigo frente al RC Celta de Claudio Giráldez rápido del varapalo copero, un partido perdido tres días antes frente al CA Osasuna en San Mamés en el que cedió inesperadamente su corona y se borró del sorteo de cuartos. Es probablemente la derrota que más le duele cada año cuando se produce, y se apuntaló en la zona de Champions League, donde sigue abriendo un hueco serio sobre sus perseguidores.
Es siempre la eliminación de la Copa del Rey uno de momentos más tristes del Athletic en cada curso, ya que su relación con el torneo que ha ganado 25 veces es tan especial que, cuando lo conquista, Bilbao y Bizkaia estallan de euforia y alegría como en pocos sitios se hace. Como el pasado mes de abril, cuando lo ganó en Sevilla y sacó la Gabarra a la Ría 40 años después.
Un disgusto poco habitual del Athletic en la Copa
No acostumbra en los últimos años a disgustos así el conjunto rojiblanco, el de caer en Copa en una eliminatoria a un partido en 'La Catedral', pero el jueves pagó sus errores en las dos áreas. Ni estuvo firme en la propia ni sacó todo el partido que debía a la ingente cantidad de oportunidades generadas en la rival. Hace dos años le ocurrió algo similar, pero fue a doble partido.
Se sumaba esa mala tarde a un inicio de 2025 alejado de la solidez y brillantez de finales de 2024, cuando se fue de vacaciones en una racha de 14 partidos sin perder con diez victorias.
En la vuelta a la competición, ganó en la tanda de penaltis a un equipo de Segunda RFEF, la UD Logroñés y, posteriormente, cedió ante el Barça en las semifinales de la Supercopa sin demasiado que oponer al triunfo azulgrana.
Con esa derrota, y la de ocho días después frente a Osasuna, se le fueron en una semana dos de las cuatro competiciones a las que tiene que hacer frente esta campaña.
No obstante, al Athletic le quedaban, y le quedan, todavía dos frentes más. Los más importantes, LaLiga y una Europa League que este año acapara y multiplica la ilusión de cada año en la Copa con el aliciente de que se juega la final en San Mamés. Será el 21 de mayo, y lograr un título europeo es el gran anhelo incumplido a lo largo de la historia del club rojiblanco.
En la liga, además, el Athletic acabó 2024 como pocas veces había estado, asentado en la cuarta plaza y con ventaja sobre el resto. En Balaídos retomó esa fortaleza y sumó tres puntos tan incontestables que el técnico local, Claudio Giráldez, reconoció sin ambages la superioridad visitante.
Consecuencia de ello, en una jornada con varios resultados más a favor de sus intereses, el conjunto vasco pone aún más tierra de por medio sobre una quinta plaza a la que, en función de lo que haga esta noche el Villarreal en La Cerámica ante el Mallorca, al final de la jornada 20 aventajará entre seis y nueve puntos.
Vivo y arriba en LaLiga y la Europa League
De hecho, el Athletic está casi hasta metido en la pelea por la Liga, si bien en el liderato el Real Madrid le supera en siete puntos y el Atlético Madrid en la segunda plaza en seis. Demasiadas distancias como para plantearse un reto colosal como ese, aunque con el Barcelona, el tercer equipo que sí se plantea pelear por LaLiga, está igualado a puntos.
A esa situación idílica en el torneo de la regularidad le suma el Athletic un gran rendimiento en la Liga Europa, en la que es colíder tras las seis primeras jornadas y en la que viaja mañana a Estambul con la intención de certificar en la visita al Besiktas un puesto en el Top 8.
Las ocho primeras son las privilegiadas posiciones que evitan la ronda de dieciseisavos de final, dan ventaja de campo en los octavos y allanan sobremanera el camino hacia la cita del 21 de mayo.
Una fecha subrayada en el calendario y de cara a la cual no hay mejor manera de comportarse que respondiendo como hizo el Athletic en la última jornada ante el Celta tras un varapalo como el sufrido ante Osasuna. Con una victoria indiscutible y mostrando las hechuras que este año le mantienen entre los mejores.