El Teniente Vivian no hace prisioneros: un central voraz en el Athletic

Ante el 'resumido concierto de viento' promovido por las Peñas del RC Celta de Vigo, me preocupaba que el Athletic Club terminara pagando el pato, o los platos rotos de una cena a la que nunca asistió por no haber sido invitado. Se trataba, pues, de comprobar si Ortiz Arias cedería víctima de la intimidación. No fue el caso. Ya de inicio. Cuando, expectante, toda mi atención se centraba en comprobar si la caída en Copa había hecho mella en el ánimo competitivo de 'los valientes de Valverde'.

"La Copa", Qué Copa, decía Txingurri. Memoria selectiva. No poder recordar lo que tanto había dolido. Bendito lapsus. El Athletic no sufre porque el hecho luctuoso de la caída tenía prohibido "volver a pasar por  el corazón". Nada, pues, de recordar, de 're cordaris'. ¿De qué Osasuna me estás hablando?

"No hay copa, no hay copa, tron", le decía Nico Williams a su hermano, que le replicó con dos piropos recordados en una 'Radio Futura" de 1990: "Dicen que tienes veneno en la piel / Dicen que tienes un tacto divino"...

Balaídos no era un feudo amable para el Athletic

Veinte de los 24 puntos que atesoraba el Celta los había recaudado en su estadio. Seis victorias, dos empates y un par de derrotas sufridas ante los dos equipos que comandan la clasificación. No me pareció mal equipo el de Giraldez. Al contrario. Buena circulación, rápida y precisa; juego intenso. Sucedía que, al llegar a la línea pintada en rojo bajo el balcón del área que atacaba, se encontraba con el semáforo en rojo.

Centrados en Balaídos. Ni una concesión atrás el día de la vuelta de Unai Simón a 'su portería'. Con Gorosabel corriendo en el nombre de De Marcos. En el lateral izquierdo, Adama Boiro, creciendo a pasos agigantados con sus botas de mil leguas. El regreso de Yeray a su 'localidad' nos permitió disfrutar de un central gigante con margen de crecimiento.

Prados, que no se conforma con ser un peón que cumple. Va más allá. Capaz de enganchar un balón suelto desde 'la zona de influencia' en las caídas y convertirlo en un disparo precioso con el exterior de su bota derecha. Detalle de calidad que no se tradujo en gol debido a la prodigiosa 'mano cambiada' de Vicente Guaita.

Galaxy. Qué puedo yo cantarte, 'principito'; afilador del juego, filtrador de balones, con mala intención, entre una defensa que evita desde su planeta diminuto, el de la flor y sus tres o cuatro volcanes reducidos a cráteres que se nos muestran con su frágil timidez.

Iñaki Williams. Humilde. De ser abastecido se ha convertido en 'servidor'. Envío que traza una diagonal con malas intenciones. Berenguer. El 'falso' nueve que marca un gol 'de verdad', propio de un ariete que pasa sin llamar. Se cuela. Se suma a una fiesta a la que el Celta no lo había invitado. Sube al marcador el tanto, sin embargo.

El futbolista que pone en riesgo una pierna derecha que estira al máximo para que la punta derecha de su bota burle entre las piernas a Guaita, víctima del lío y la confusión. El Athletic quiere más. Porque lo necesita. Valverde le encarga a Vivian que se vaya a la guerra. Central voraz. Mirarlo da miedo.

Ansioso por dañar la portería rival. Al 'Teniente' no le gusta hacer prisioneros porque oficiar de carcelero le robaría el tiempo que necesita para defender a su equipo deslizándose por la hierba sin cometer deslices, para elevarse de manera majestuosa, su testa contra el balón. De repente grita a la manera de las fieras luego de haber causado estragos en el corazón enemigo.

Qué manera de rematar. Cuánta rabia descargada. La ventaja [0- 2] es de esas 'engañosas'. Le basta un gol al Celta para meterse en el partido.

Mala pata, al de tres secuencias, la de Adama Boiro. Gran partido el suyo que el desliz que tuvo no lo puede empañar. O ni desliz, ni fallo, ni error, ni una decisión equivocada como la que a Paredes le ha costado el puesto. Se dispone a controlar un balón cuando se resbala, pierde el equilibrio, cae, balón muerto que al Celta le da vida. Mucho tiempo por delante. Valverde revolucionó el equipo para fortalecerlo. Muy acertado Txingurri, por cierto.

Una victoria de equipo grande...

El que asume la suerte del destino y, a continuación, se refugia en Lezama para preparar la victoria que el equipo desea y puede lograr. Llegados a este punto, en el ecuador de la liga, si el Athletic es cuarto, empatado a puntos [39]  con el FC Barcelona, a cinco del Atlético de Simeone y a siete del líder, Real Madrid, qué deberíamos escribir. Qué fronteras, respetar. Si un equipo roba puntos y después da la vida, qué hacer. Hasta dónde debemos respetar las verdades.

Mirar hacia adelante, no más. Caminar, de momento, de la mano del FC Barcelona, fíjate tú que extraños compañeros de ruta hace la Liga. Sin perder de vista la espalda de Simeone, a cinco pasos, ni la del Real Madrid, líder con [46]. Más adelante, el sendero traza una curva y se nos oculta un 'más allá', al que no ha llegado nadie.

Calma. Me invade la calma. Cuando el líder de los 'valientes' y 'esforzados' atacó, los gregarios del Athletic se pusieron a rueda, sabedores de que la escapada era la buena. Llegados a la mitad de la carrera clásica del fútbol. No miremos atrás. Cuando llegue el momento de los arreones, seamos todos gregarios que impidan que el equipo se 'quede' víctima de una pájara.

Es lícito soñar con una 'volata' en la que la foto finish señale al campeón de Liga. Superada la línea de meta, que el Athletic tenga el valor de mirarse a sí mismo convencido de que, una temporada más, no le ha fallado a Piru Gainza, ni a todos los amigos de Iribar que nos congregamos alrededor de un 'Txopo'.

P.S. ¿De la derrota en Copa ante el Club Atlético Osasuna me preguntas? ¿De esa tarde - noche fatal en San Mamés en la que deberíamos haber goleado? No sé de lo que me hablas... Ah, sí, es ahora cuando lo recuerdo. Athletic vs Osasuna en la Catedral: !Cuando fuimos los mejores!

• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista