Un Atlético con debilidad final
El Atlético de Madrid se ha caracterizado desde la llegada de Simeone al banquillo colchonero por ser un equipo característico por su fortaleza defensiva, un muro impenetrable y al que cuesta un mundo hacer gol tanto por el nivel de su zaga y portería como por los automatismos implantados por el Cholo.
Sin embargo, durante esta temporada el equipo rojiblanco está teniendo algunas fallas en este sentido que le han impedido estar aún más arriba en la clasificación. Por ejemplo, esta campaña se ha sucedido la derrota más abultada de la era Simeone. Fue en Champions League ante el Borussia Dortmund (4-0).
Además de aquella dolorosa goleada, el cuadro rojiblanco ha recibido 13 goles más entre todas las competiciones, lo que hacen un total de 17 en 19 partidos habiendo dejado la portería a cero en ocho ocasiones.
Merece la pena detenerse, sobre todo en los dos últimos meses, en los goles recibidos por el conjunto colchonero en el último cuarto hora de partido. Han sido cinco, poco menos de un tercio del total.
El primero llegaría en LaLiga Santander, en la jornada cuatro. Sergi Enrich ponía al Eibar por delante en el Wanda Metropolitano en el minuto 87, pero Borja Garcés rescataba un punto para los suyos en el 90.
Desde septiembre hasta finales de octubre estuvo el equipo madrileño sin recibir goles en ese tramo de partido, pero en los últimos dos meses, este defecto se ha reproducido con mayor frecuencia de lo esperado.
En el Signal Iduna Park fue hasta en dos ocasiones, en los goles de Jadon Sancho y Raphael Guerreiro. A ellos hay que sumarle el gol de Guido Carrillo con el que el Leganés le rascaba un punto a los del Cholo y el último encajado por Oblak hasta la fecha, el de Dembélé en el Atlético-Barcelona.
Sin lugar a dudas, es un aspecto que tendrá que mejorar el cuadro rojiblanco pero del que también ha sacado provecho tal y como demuestra el encuentro ante el Athletic de la penúltima jornada disputada en el que le dio la vuelta al marcador en un final de partido vibrante.