Es difícil evaluar los dos primeros partidos de Álvaro Morata en el Atlético de Madrid. Completó su primer encuentro en el Benito Villamarín con derrota y jugó 70 minutos en el derbi ante el Real Madrid. A nivel colectivo, es evidente que el resultado es negativo: el Atlético no perdía desde el mes de agosto y ahora ha cosechado dos derrotas consecutivas. A nivel individual se antoja más complejo: su participación en el juego ha sido escasa, pero ha tenido tres acciones determinantes. Y las tres plagadas de polémica.
La primera sucedió en Heliópolis. Con el partido empatado sin goles, Álvaro Morata recibió un balón en el área, en buena posición para sacar el disparo. Tardó demasiado y acabó siendo derribado por Feddal. El colegiado señaló córner mientras que todos los jugadores del Atlético pedían penalti, con Morata a la cabeza. A pesar de que las repeticiones evidenciaban que Feddal había derribado a Morata antes de desviar el balón por línea de fondo, el árbitro mantuvo su decisión y el VAR tampoco fue capaz de corregirle. Fue casi la única ocasión en la que Morata pudo hacer algo en el Villamarín, donde el Atlético acabó perdiendo 1-0.
Algo parecido pasó en el derbi de este sábado ante el Real Madrid. Una vez más, Morata participó poco en el juego, pues su papel es ejercer de referencia ofensiva mientras que Griezmann retrasa unos metros su posición para entrar más en contacto con el balón. En esta ocasión, el delantero tuvo dos acciones que de nuevo estuvieron marcadas por la polémica, las dos cuando el 1-2 iluminaba el marcador del Metropolitano.
Primero, Morata marcó un golazo. Tras un balonazo en largo, la pinchó en la frontal y elevó la pelota por encima de Courtois. Empezaba a celebrarlo el madrileño cuando el linier levantó la bandera y anuló el tanto por fuera de juego. En la repetición daba la sensación de estar en línea, pero el VAR tampoco corrigió la decisión inicial del linier. Y lo que más enfada a los atléticos: posteriormente se ha comprobado que no había fuero de juego, pero el gol nunca subió al marcador.
Y unos minutos después, Morata fue objeto de penalti ante Casemiro, aún con 1-2 en el marcador. Estrada Fernández no sólo no indicó penalti, sino que además señaló falta en ataque del propio delantero para terminar de desesperar a la afición rojiblanca.
Su balance en estos dos partidos, en resumen, tiene dos caras: poca participación en el juego rojiblanco, dos penaltis provocados que ni los árbitros ni el VAR fueron capaces de indicar y un gol mal anulado que pudo cambiar la tónica del derbi.