De olvidado en el Atlético de Madrid a líder en Portugal: el caso Nehuén Pérez
El extraño caso Nehuén Pérez. El joven central argentino llegaba al Atlético de Madrid el pasado mes de febrero tras llevar varios meses fichado. Un movimiento sorprendente, a la vez que fugaz, que terminaría con el futbolista saliendo cedido este verano sin haber disputado ni un sólo partido.
El jugador ha pasado en la disciplina colchonera más de cuatro meses sin llegar a debutar. Una situación que arreglaría la dirección deportiva buscándole una cesión para que continuase su crecimiento.
Un movimiento que le llevaría a la Primeira Liga portuguesa, en concreto al modesto Famaliçao. Un club que ascendía la pasada temporada a la primera división de Portugal y que está realizando un comienzo de temporada sencillamente espectacular.
Tras los primeros siete partidos, el Famaliçao se encuentra líder en solitario con seis victorias y un empate. Entre la que destaca la conseguida ante el Sporting de Lisoboa a domicilio (1-2).
Parte de 'culpa' de este gran arranque lo tiene sin duda Nehuén Pérez. El argentino se ha convertido desde su llegada en titular indiscutible. En este comienzo de temporada ha disputado las ocho primeras citas completas, entre copa y liga, y ha conseguido anotar un gol.
El propio futbolista ha querido analizar en una entrevista para A Bola la decisión de llegar a Portugal: "Pensamos que era un buen paso para mí, es una liga importante y las cosas me están yendo bien a nivel personal y colectivo; pude regresar a Argentina, pero Portugal era lo mejor para proseguir mi evolución", relataba.
"Soñamos con cosas buenas, pero nuestro secreto es pensar partido a partido, entrenamiento a entrenamiento…", proseguía bajo la filosofía de un Diego Pablo Simeone del que asegura que aprendió "mucho de su exigencia".
También quiso hacer referencia a su primera etapa en el conjunto colchonero y el gran apoyo que encontró dentro del vestuario tanto en José María Giménez como en Diego Godín: "Cuando llegaban las convocatorias y mi nombre no estaba, me volvía loco, pero Giménez me ayudó mucho. Me dijo que tuviera paciencia, que él había llegado también al Atlético en una edad parecida a la mía y tampoco jugaba mucho, él y Godín me dieron una ayuda inmensa, me decían que trabajara, que mi día llegaría, no llegué a jugar, pero fui convocado para dos partidos y eso me tranquilizó”, finalizaba.