Morata no está fuera de juego pese a lo del primer partido: charla clave de Simeone
Con su futuro en el aire, aún una incógnita a poco más de dos semanas del inicio de LaLiga EA Sports, Álvaro Morata firmó un buen partido ante el K-League Stars en el primer amistoso del Atlético de Madrid este verano. El delantero rojiblanco demostró una profesionalidad total durante 45 minutos en los que jugó a gran nivel y en los que rozó el gol hasta en cuatro ocasiones.
Se lo evitó el larguero, donde estrelló un cabezazo a la salida de un córner, y el banderín de un juez de línea que se empeñó en amargar la fiesta a Morata, que hasta en tres ocasiones se quedó con cara de circunstancias tras comprobar como sus aciertos se convertían en nada por culpa un trío de fueras de juego ajustados.
Sin embargo, su fracaso ante el gol fue compensado por una actitud aplaudible para un jugador que aún no sabe qué hará en el Atlético: se puede quedar por tercer curso consecutivo (cinco en total en el club rojiblanco) o buscarse un nuevo destino, el que sería el quinto en su carrera tras jugar en el Real Madrid, el Juventus, el Atlético y el Chelsea.
Contrasta con Joao Félix, otro de los nombres ilustres del equipo de Simeone que desconoce dónde jugará la próxima temporada. Mientras que en la víspera del primer amistoso rojiblanco el técnico argentino lanzó un dardo al jugador portugués en rueda de prensa ("No hay nadie por encima del Atlético", dijo), con Morata se reunió con Simeone y con Gustavo López este miércoles durante veinte minutos sobre el césped del campo de entrenamiento.
El pullazo a Joao Félix y la charla con Morata se produjeron casi en la misma línea temporal, el día antes del choque ante el K-League Stars. Y parece que las palabras de Gustavo López y de Simeone reactivaron el ánimo y las ganas de su jugador, que rayó a buen nivel en la punta de ataque y que minuto a minuto se fue desesperando por quedarse huérfano de cara a la portería.
Morata, en fuera de juego
El primer palo se lo llevó a los ocho minutos, cuando Rodrigo De Paul paró el tiempo con un pase estratosférico entre líneas que no desaprovechó Morata ante el portero del combinado de estrellas surcoreanas. El línea, no perdonó, y levantó el banderín.
Después, en el minuto 24, se repitió la jugada. Morata marcó tras revolverse dentro del área y dejar sentado a un defensa con un gran recorte. De nuevo, el linier actuó para templar su gozo. Pero no fue la última vez, porque en el 45 empujó un centro de Samuel Lino desde la banda izquierda que también fue anulado por fuera de juego de su compañero.
Morata se marchó al vestuario resignado, sin un premio muy merecido para un delantero que vivió tres simulacros de gol que quedaron en nada cuando seguramente más necesita reivindicarse con la camiseta rojiblanca. Pero su fracaso ante la portería fue su éxito ante su entrenador: demostró no estar fuera de juego bajo ningún concepto. Morata quiere pelear para quedarse o salir por la puerta grande.