Claudio, el delantero que enamoró con el Superdépor
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De Claudio Barragán, nuevo técnico del Cádiz Club de Fútbol, los grandes aficionados al fútbol –al menos los de cierta edad- recuerdan su etapa en el Deportivo de La Coruña, en aquel Superdépor que enamoró a toda España y a Europa desde Galicia y en el que él era uno de los jugadores más emblemáticos. Formó punta de ataque junto al brasileño y campeón del mundo Bebeto y fue uno de los ídolos de la hinchada de Riazor.
Antes de recalar en el conjunto gallego, Claudio ya había debutado con 16 años en el primer equipo del Levante UD en Segunda División. Fue en la jornada 8 de la 80/81 en un partido ante el Granada en el que disputó 31 minutos saliendo como titular. Con 17 años ya era un fijo en el Levante, aunque el equipo granota descendió a Segunda División B y se acabó marchando al Ceuta cedido para regresar un año después. En 1984, un Elche de Primera apostó por él y debutó en Primera en la jornada 11, en una visita al Espanyol (1-0). Jugó diecinueve partidos esa temporada –catorce como titular- y anotó dos tantos que no sirvieron para evitar el descenso de los franjiverdes.
Regresó a Primera con el Elche en 1988 siendo pieza clave en el ascenso y, después de volver a descender, se marchó al Mallorca dos temporadas, jugando y perdiendo por la mínima ante el Atlético de Madrid una final de Copa del Rey en 1991.
Su gran época llegó justo después. Fue uno de los componentes del Superdépor, que casi recién ascendido empezó a codearse con los grandes del fútbol español. Ganó una Copa del Rey en el 95 y estuvo a punto de ganar la Liga en la 93/94. Sus buenas actuaciones en el conjunto gallego le llevaron a debutar en la selección española, debutando el 14 de octubre de 1992 ante Irlanda del Norte en Belfast y jugando seis encuentros en total. De ahí pasó al Salamanca y posteriormente regresó al Elche, donde jugó cuatro temporadas antes de colgar las botas.
Paso a los banquillos. Pese a que sus mejores años se los diera al Deportivo de La Coruña, el club de su vida ha sido el Elche. Además de sus nueve temporadas como jugador, el conjunto ilicitano le dio la posibilidad de sentarse en un banquillo en 2004, cuando comenzó como segundo entrenador. Allí auxilió a Josu Uribe, Julián Rubio, Luis García y David Vidal hasta que este último, un mito del cadismo, fue destituido por tener al equipo en puestos de descenso.
Esa temporada consiguió la permanencia, pero fue destituido al principio de la 2009/10. Dirigió al equipo en 44 partidos consiguiendo una media de 1,25 puntos por encuentro.
Su gran etapa en los banquillos fue en la Ponferradina. Sin embargo, en su primera temporada, la 2010/11 no pudo evitar el descenso a la Segunda División B después de haber cogido las riendas del equipo en enero, sustituyendo a José Carlos Granero.
Tanto caló Claudio en el club berciano que, pese al descenso, siguió en el puesto en la siguiente temporada en Segunda B. El tiempo reveló la decisión de la directiva en un acierto. Fue segundo en la liga regular y devolvió al equipo a la categoría de plata tras doblegar al Tenerife en la última eliminatoria. En sus siguientes dos campañas consiguió firmar la mejor temporada de la historia del equipo leonés –séptimo clasificado en Segunda- y en la última consiguió la permanencia.
Claudio dio por cerrada su etapa en Ponferrada y desde entonces estuvo esperando ofertas. En verano se le relacionó con el Real Oviedo, uno de los proyectos más ambiciosos de la división de bronce para esta temporada, aunque finalmente el equipo asturiano acabó firmando al argentino Sergio Egea.
Finalmente ha recalado en el Cádiz, con el que ya mantuvo conversaciones en la anterior crisis que logró salvar Antonio Calderón. En La Coruña muchos lo veían como el mejor relevo para Víctor Fernández, un entrenador con muy poco predicamento en la afición deportivista por su pasado celtiña y que no ha conseguido que el equipo arranque. Tendrán que esperar, ya que de momento su presente pasa por la Tacita de Plata.