Por Carranza pasó un temporal
Pero de fútbol. Lluvia de goles, juego, polémica. De todo tuvo el encuentro de este domingo en Carranza. Un partido pasado por agua que se convirtió en un huracán de fútbol. Y todo con una tribuna abarrotada. Poco antes del inicio, la directiva anunciaba que abriría las puertas de esa grada para que todos los abonados que quisieran la pudieran utilizar. Gran gesto del club con los suyos.
Y hubo más. El Cádiz le ofreció todo en bandeja a sus hinchas . Aunque el encuentro comenzó de forma extraña, con dos córnes visitantes, muy pronto, los amarillos se lo llevaron a su terreno. De nuevo el Cádiz fue de menos a más. Pero esta vez en un corto período de tiempo. A los doce, Jona dio el primer aviso de la tarde. Su ocasión acabó en el palo.
Pero los killers de verdad no avisan dos veces. A la segunda puso el primero en el manual de Carranza. Villar, como en Cartagena, corrió la banda, pero esta vez desde su campo. No pareció rápido, pareció lo siguiente. Llegó casi hasta el fondo con su par persiguiéndole y le puso el balón en la bota derecha al hispano – hondureño. 1-0 y se acabó el encuentro, por lo menos en cuanto a rival. A partir de ahí, si es que antes lo hubo, solo había un equipo en el terreno de juego.
Luego vendría más fútbol y más ocasiones. Por parte de Airam, Villar, Márquez...En todas faltó puntería. Fue en eso en lo único que falló el Cádiz hoy. Y menos mal, sino el marcador iba a ser demasiado escandaloso. No fue hasta el final de la primera parte cuando Jona, que está inspiradísimo en este tramo de temporada, hizo el segundo en el marcador y el noveno en su cuenta particular.
La segunda parte fue más de lo mismo. Fútbol y más fútbol de los de Claudio. Un entrenador que ha conseguido dar con la tecla en un conjunto que solo mantenía un ritmo alto en los primero diez minutos. Esta vez el Cádiz lo estaba volviendo a hacer.
Barragán aprovechó el vendaval cadista para dar descanso a los suyos. Se fueron Márquez, Jona el bigoleador y Garrido. Entraron Machado, Migue y Navarrete. Fue el segundo, en una de sus galopadas el que hizo el merecido tercer tanto.
De ahí al final. Ni la lluvia, ni las tormentas ni nada. Jugadores e hinchas se cogieron de la mano y fueron un vendaval. Fútbol y cánticos. Sobre todo esto último. Villancicos, carnaval, himnos, la ola... Todo un espectáculo. Por Cádiz pasó un temporal.