Un lustro con el escudero más fiable
El 24 de enero de 2014 se presentaba en el Cádiz Jon Ander Garrido, un mediocentro que había sido fichado por el Granada del Barakaldo para ser cedido al club amarillo. Fue el inicio de un jugador que no siempre fue indiscutible y que incluso se tuvo que ir cedido al Racing de Ferrol, pero que en este momento es esencial como el escudero del equipo de Álvaro Cervera.
Aquella primera media temporada tuvo luces y sombras. Con Agné en el banquillo no estaba jugando en exceso, pero su destitución en el mes de marzo fue fundamental porque de la mano de Antonio Calderón ya sí fue titularísimo y dejó un gran sabor de boca a pesar de que el equipo no logró el ascenso.
La temporada siguiente fue la de su asentamiento. La llegada de Claudio Barragán le mantuvo el protagonismo en ese puesto por delante de la defensa y su rendimiento era muy fiable, pero el equipo firmó otro fiasco y tampoco consiguió volver a Segunda.
Curiosamente lo lograría sin él. Tras un irregular inicio de temporada, terminaría siendo cedido al Racing de Ferrol en el mercado de enero junto a Kike Márquez. El Cádiz jugaría en Segunda y parecía complicado que el bilbaíno encontrara un hueco en la plantilla, pero Juan Carlos Cordero confió en él y aprovechó la oportunidad con creces.
Su renovación se hizo de rogar la pasada campaña, pero finalmente se anunció que el contrato se prolongaba hasta el 30 de junio de 2020. En el inicio de esta campaña se le echó mucho de menos cuando estaba superando una complicada lesión y la recuperación del equipo coincidió con su retorno. Es uno de los jugadores más regulares de la plantilla y aunque el pasado fin de semana fue suplente, no se puede dudar de su importancia capital.