Lo que mal empieza, mal acaba. O no. Al Cádiz CF no le pudieron ir peor las cosas en Los Cármenes durante la primera mitad. El Granada rozaba su ascenso a LaLiga, cuando la fe cadista y la calidad de Ager Aketxe se encargaron de que el sueño de regresar a la élite del fútbol siga teñido de amarillo. Los de Cervera rescataron un punto (1-1) que los deja en play off una jornada más.
Y eso que todo se torció nada más empezar: Edu Ramos se lesionó en el minuto dos y se marchó del estadio en camilla, el árbitro no pitó una falta clara en el gol de Rodri y el Granada se encargó de hacer el resto: parar mucho el juego y a perder tiempo.
Un tiro que no cogió puerta de Machis, un peligroso centro al que Salvi no llegó y una falta que Álex Fernández (él entró por el lesionado Edu Ramos) mandó a la barrera fueron las acciones más peligrosas de una primera mitad en el que hubo muchas faltas y varios roces entre los jugadores de ambos equipos. Intensidad y poco juego, era el encuentro perfecto para el Granada.
Todo cambió a partir del minuto 50. Dos entradas de Espino, asociándose con Darwin Machis que decidió tomar las riendas, empezaron a meterle el miedo en el cuerpo a un Granada que sólo quería que el tiempo pasara, mostrando que eso de crear peligro para lograr otro gol no iba con ellos.
Un testarazo del venezolano obligó a Rui Silva a realizar la primera parada de mérito del duelo. Con la marcha más que metió el Cádiz, Cervera decidió meter en el campo a Querol por Lekic. Visto que no le estaba funcionando mucho, apostó por un cambio mucho más ofensivo: Correa al banquillo, Salvi a jugar de lateral derecho y Ager Aketxe sobre el césped.
Antes de que al entrenador amarillo viera si sus sustituciones le funcionaban, Adrián Ramos, que salió por Rodri, pudo sentenciar el choque tras una gran acción individual, pero la mano de Cifuentes y el posterior despeje de Espino lo evitaron.
La parada salvadora de cada jornada ya estaba ahí. Ya sólo faltaba un gol que hiciera soñar al cadismo y llegó. Aketxe sacó su fusil. Desde fuera del área, el vasco controló, se acomodó el esférico y le pegó con el alma. ¿El resultado? Que vio desde la distancia como el balón acabó en el fondo de la red mientras rozaba el palo y las manos de Rui Silva.
Era el minuto 78. El Cádiz ya había hecho lo más difícil: empatar un partido que se le complicó desde los primeros minutos. Ahora, le tocaba sufrir. El Granada, que se jugaba ascender matemáticamente a LaLiga Santander, se volcó en busca de un tanto que no llegó.
Los Cármenes se iban silenciando mientras la marea amarilla, desde su esquinita, siguió alentando a los suyos hasta que llegó el éxtasis final. Un punto que deja a los de Cervera una jornada más en puestos de play off y dependiendo de sí mismos para regresar a la élite. Aketxe, con un nuevo golazo, mantiene vivo el sueño del ascenso.