Álex Fernández (90')
Guiado por el desequilibrio de Salvi
El Cádiz logró su segunda victoria del campeonato en un partido en el que jugó en superioridad numérica durante 70 minutos. Guiado por la calidad de Salvi, el equipo amarillo se impuso a un rival que soñó con el empate durante unos minutos, pero que se rompió con un penalti transformado por Álex Fernández.
Desde el principio del partido se vio que el Cádiz salía con el cuchillo entre los dientes. El equipo presionaba arriba y estaba bien parado en el campo, pero el Mirandés se acercaba a la portería de Cifuentes con cierto peligro a balón parado. Faltaba que el Cádiz tuviera más la pelota para decantar el juego a su favor.
La primera ocasión del Mirandés llegó en un centro de Mario Barco que acabó con un disparo arriba de Merquelanz. Pero el Cádiz enseñaba los dientes con algunas llegadas por la derecha de Salvi y algún pase interior de Álex Fernández a Caye Quintana. Pero la más clara fue de Perea, que condujo el balón con acierto tras un saque de banda rápido de Quintana, pero el disparo cercano se le marchó fuera por poco.
El partido cambió con una acción parecida a la del primer partido de Liga. El rival se quedaba con un jugador menos por una expulsión de Álvaro Rey a los 22 minutos por una dura entrada por detrás. El equipo cadista tenía que aprovechar esa circunstancia, pero en el primer tiempo el Mirandés se encomendaba al máximo esfuerzo y agobiaba al Cádiz a base de córners.
El equipo de Cervera no era capaz de tener continuidad en la circulación del balón y el parón para beber agua a la media hora le vino bien para aclarar las ideas contra un adversario con un jugador menos. El partido terminó en el primer tiempo con el Cádiz en el campo del Mirandés, pero el único que cambiaba el ritmo era Salvi. El juego era previsible cuando el balón pasaba por los pies del resto.
Pudo adelantarse con un disparo lejano de Espino, pero el portero local se lució con una buena intervención antes del descanso. En ese momento fue un monólogo absoluto del Cádiz, pero sin la claridad deseada. El primer periodo concluyó con un disparo cruzado de Álex Fernández.
Cervera fue a por el partido desde el inicio de la segunda mitad metiendo a Nano Mesa por Garrido. Álex Fernández bajó su posición junto a Bodiger y con un lanzamiento lejano puso en apuros a Limones en el minuto 51. La posesión era cadista, pero no era capaz de buscarle las cosquillas al Mirandés y el entrenador amarillo dio entrada a José Mari. Todo cambió en el minuto 61, cuando Salvi realizó una gran jugada y su centro lo despejó Limones para que Perea adelantara a los amarillos en el rechace.
Cambió en cuanto a la tranquilidad que daba verse por delante, pero no en cuanto al juego porque la iniciativa seguía siendo del Cádiz por su superioridad numérica y por su superioridad técnica. Los locales, lógicamente, apuraban sus opciones con algún lanzamiento lejano que creaba cierta inquietud y Cervera no quería arriesgar más de la cuenta buscando un segundo gol, lo que concedía alguna llegada a su oponente.
Y en una jugada desafortunada llegó el empate del Mirandés en el minuto 85 en un lanzamiento de falta que rebotó en Álex Fernández. Parecía que el equipo lo había perdido casi todo en una acción aislada, pero acto seguido se pitó un penalti en una acción sobre Nano Mesa que transformó el propio jugador madrileño. Fue el justo premio a la superioridad cadista en un principio de temporada en el que está demostrando que tiene un equipo capaz de competir a la espera de los esperados refuerzos.