Un serio aviso: del sueño a la pesadilla

El Cádiz CF perdió su primer partido de la temporada en LaLiga Santander en un encuentro donde evidenció errores groseros y problemas para igualar el nivel de un rival que no es de los mejores de la categoría. Mucho trabajo por delante para la plantilla actual y para los que tienen que cambiarla con urgencia.

El primer disparo del partido, a los pocos segundos de empezar, fue de José Mari. Era como una declaración de intenciones de lo que pretendía el Cádiz en su regreso a LaLiga Santander. Realmente los nervios y las imprecisiones eran de los dos y en los primeros minutos había mucho balón hacia ninguna parte.

Y a los 10 minutos se pagó la primera novatada. Un error incomprensible de Sergio González costó el primer tanto de la temporada. Estuvo muy lento para salir jugando en una acción en la que partía con ventaja y dio pie a que se quedara solo Adrián, que superó a David Gil en su salida.

Fue un mazazo para un equipo con dudas y que no tenía el apoyo de su gente en las gradas. Tenía que reaccionar y tuvo a renglón seguido una buena ocasión con un disparo de Pombo, pero se le fue muy desviado.

No había espacios para entrar por las bandas y había que superar el buen posicionamiento del rival. De nuevo Pombo pudo empatar en el minuto 17 tras un buen centro de Salvi, pero la volea se marchó arriba por poco. El equipo se apoyaba mucho en Negredo para que jugara de espaldas y el Osasuna lo frenaba en faltas sin el menor pudor.

El equipo se había recompuesto y empezaba a mandar, pero estaba notando el peaje de jugar en otra categoría. El centro del campo llegaba tarde en los balones divididos y los navarros enseñaban los dientes cada vez que se le daba la mínima facilidad. Rubén García hacía daño entre líneas y el equipo no era capaz de detectarlo.

El primer tiempo fue un suplicio para Sergio González, que estaba muy nervioso tras su error en el gol. Los rivales lo sabían y le presionaban cada vez que el balón pasaba por sus botas. Pombo era el más destacado de los amarillos, creando peligro cada vez que iniciaba una jugada y dándole criterio a los ataques.

En la segunda parte entró Malbasic por Bodiger, pero el problema del equipo estaba en el centro del campo, donde nadie de los amarillos se imponía si el balón no le llegaba a Pombo. En el primer cuarto de hora tras la reanudación el equipo no dio señal alguna de recuperación.

Cervera dio entrada en ese momento a Álex Fernández y Jonsson para darle a la medular esa energía que necesitaba. El partido se jugaba en el campo de un rival que se había limitado a aprovechar un regalo y a no cometer errores. Cuando quedaban veinte minutos para el final, el Cádiz no había inquietado casi nada. Si acaso, una falta lejana lanzada por Iza Carcelén,

Pombo no aparecía como en el primer tiempo y no había la sensación de peligro en los ataques cadistas. El exzaragocista apareció en el minuto 72 y ahí sí tuvo que intervenir Herrera para desviar un disparo seco. El equipo llegó a la segunda pausa de hidratación con la sensación de que podía conseguir un punto si metía una marcha más.

Alejo y Lozano entraban por Salvi y por Negredo, que había estado muy desasistido en la segunda mitad. Había que darlo todo por el empate, pero lo que llegó fue el 0-2 en una acción pésimamente defendida. Un saque de banda peinado por un rival acabó con un remate en el segundo palo. Inaceptable.

Quedaban diez minutos y ya estaba todo muy claro. El Cádiz era preso de sus limitaciones y de la frustración. Mucho trabajo por delante. En el campo y en los despachos.