El 'Pacha' más personal: su lado paternal y su cariño hacia Cádiz
Uno de los jugadores más queridos por la afición del Cádiz CF es el Pacha Espino. El uruguayo está plenamente integrado tras un inicio complicado y ahora disfruta de su estancia junto a su esposa, Saralea, y su hija, Alai. En un reportaje publicado por Ovación, el suplemento deportivo de El País de Uruguay, habla de cuestiones personales de su vida en Cádiz.
De su reciente experiencia con el COVID, señala que fue "sólo un malestar tipo gripe, decaído nada más". Ya puede volver a disfrutar de un tiempo que le encanta: "El clima acá es espectacular. En invierno casi no hace frío. Por ejemplo ahora no hay menos de diez grados, estamos entre diez y dieciocho grados de máxima. Está siempre muy lindo y hay playas hermosas. La comida se basa en mucho pescado. Mucha variedad de pescado".
“Vivimos en Chiclana de la Frontera. En Cádiz, Cádiz no vive nadie. Estoy a 10 minutos de la playa y a 20 de donde entrenamos. Y a media hora del estadio", añade.
"La gente es muy amable. Tienen fama de que no les gusta trabajar y que están siempre para la joda. No sé si es verdad porque con la pandemia no conozco a mucha gente, lo que sí es verdad es que pasan siempre haciendo chistes. Y jodiendo. Son bien distintos a los uruguayos, que somos tan tranquilos", afirma.
Su papel paternal lo deja claro: "¿Cómo soy como padre? ¡Baboso! Daría la vida por mi hija. Vamos aprendiendo cada día a medida que crece".
En el plano deportivo reconoce que debe frenar su instinto atacante: "Acá no me puedo ir tanto al ataque, porque lógicamente los equipos vienen a atacarnos y hay que defender un poco más. Nuestro juego es más defensivo que ofensivo y paso menos al ataque. Se extraña porque me gusta, más acostumbrado como estaba en Nacional. Pero tuve que adaptarme a lo que me pedían. Siempre digo que jugar acá es como jugar la Libertadores, donde se pasaba menos al ataque y había que defender un poco más. Acá cada fin de semana tenés un partido de Copa Libertadores".