Adiós a Europa de la manera más bochornosa y lamentable
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Adiós a Europa, de forma descarnada, indignante y lamentable. El Celta empató sin goles con el colista y la furia se desató en Balaídos tras el pitido final. Este equipo no cree, ha perdido la fe, la intensidad y las ganas, está acomodado en la mediocridad más absoluta. La temporada se ha acabado, no hay razones para creer en el milagro.
No empezó bien la tarde para el Celta, la primera noticia era la baja de Emre Mor por gripe, pero en el calentamiento también caía Rubén Blanco dando entrada a Sergio Álvarez. El mosense, a falta de conocer el alcance de su lesión, se quedaba fuera de la convocatoria dando entrada a Fran Barbosa, meta del juvenil. Rubén tiene afectado el tendón de Aquiles.
Sin peligro pero con una presión muy alta del Málaga sobre el Celta discurrían los primeros minutos de juego donde salvo por un par de internadas de Aspas apenas sucedió nada salvo los aplausos a Sergio cuando tocó su primer balón. Mientras tanto entraba al campo Fran Barbosa, que tuvo que ser llamado de urgencia y se incorporó con el choque empezado.
Sólo una contra malacitana, con el quince casi cumplido, alteraba un partido sin ritmo. Un centro desde el ataque zurdo del Málaga fue interceptado por la cabeza de Jonny que despejó a la central. Ahí esperaba En Nesyri, que remató el balón mordido y sin peligro.
Mediocampismo y aburrimiento ante un Balaídos más poblado de lo habitual y animoso a pesar de que los de Unzué no les estaban ofreciendo nada. La segunda ocasión también fue para el Málaga, en un saque de esquina en el que Sergio midió mal su salida tras el centro del Chory Castro.
Espectáculo lamentable
Llegaban los de José González pero sus inmensas carencias no les permitían marcar ante un Celta que seguía sin comparecer sobre Balaídos, lento e inoperante. Hubo que esperar hasta el 30 para ver una internada por banda de Brais con centro al área para saber que el Celta estaba en el partido.
El despropósito celeste alcanzaba cotas bochornosas, salvo el empuje del Tucu, que sostenía una medular donde Lobotka y Brais apenas ofrecieron un mínimo trabajo, las ocasiones eran para el Málaga, con los de Unzué permitiendo al Chory Castro rematar desde la frontal con cero oposición.
Salvo un disparo de Pione Sisto, con rosca y desviado y un saque de esquina con cierto peligro del Celta no se supo más en la primera mitad. Un espectáculo lamentable, indigno de un solteros contra casados, muchos de ellos con una posible resaca tras una noche de celebración, quién sabe si después de inaugurar alguna sede.
El vestuario no cambia el ritmo
Apenas mejoró el Celta al comienzo de la segunda mitad. Algún ataque de Pione Sisto, replicado por Chory Castro en un partido indecente donde la grada estaba aguantando los silbidos de manera estoica ante un equipo que no le daba ni un solo motivo para alentar.
Con menos de 30 por jugar de los de Unzué aún no sabía nada, y en el banquillo tampoco había soluciones para darle la vuelta a un encuentro feo donde el Málaga se empeñó en atizar a un Aspas desquiciado. Los de la Costa del Sol tuvieron en la cabeza de Torres que remató completamente solo en una falta lateral botada por el Chory.
La primeras ocasiones de verdad
En el 62 y ante el colista, es cuando el Celta logró sus primeras ocasiones de gol, un gran pase del 'Tucu' Hernández para Maxi, el delantero disparó seco pero la zaga malacitana desvió la pelota. En el saque de esquina Aspas remató en dos ocasiones pero En Nesyri se cruzó con el camino del gol.
Aspas volvió a probar fortuna con un ajustado remate desde la frontal que adivinó Roberto. Unzué movía su banquillo dando entrada a Boyé y Radoja por Brais y Pione Sisto. Sergi Gómez disparaba al palo, pero Undiano Mallenco anulaba la jugada por mano previa.
El Celta apretaba tras tirar a la basura dos tercios del partido, dominaba el juego y la posesión pero el reloj corría demasiado deprisa y Europa se escurría por las manos como un puñado de arena. Aspas, en una internada por la frontal caía al borde del área y se volvía a encarar con Undiano Mallenco.
Dos fallos garrafales
El mejor rematador de cabeza de toda la liga tuvo en su testa el tanto de la victoria, pasado el minuto 80. Un preciso centro al corazón del área permitía a Maxi Gómez cabecear a placer, pero directo a los guantes de Roberto. Ni un minuto pasó para ver otra internada del uruguayo.
El charrúa lo hizo todo bien, regaló el tanto a un Aspas que sólo tenía que empujar la pelota al fondo de las redes. Lo hizo, pero fuera, incomprensiblemente la mandó fuera en medio de sus lamentos. Pedía en el 84 penalti el Celta, pero Undiano no señaló nada.
Lestienne desataba los silbidos con un remate al palo en el 90, del Celta salvo 20 minutos de empuje, no se volvió a saber nada más. La intensidad de este equipo es similar a la de su entrenador, nula. De hecho los últimos ataques fueron para los de José González.
Adiós a Europa de una manera descarnada, con 60 minutos de auténtico bochorno futbolístico ante un colista que salvo cierta intensidad no mostró nada más que todas sus carencias. El Celta cierra la temporada, pensar en una remontada en el tramo final es una utopía viendo el partido con el que 'deleitó' a los suyos.
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