Una soberana paliza bajo el temporal
Que Munuera Montero pitase el final del partido no significaba que la jornada de trabajo para los jugadores del Celta hubiese acabado. Cardoso tenía que pasar por rueda de prensa, no sus ayudantes, que inmediatamente improvisaron un campo de entrenamiento para los celestes.
Sobre el césped de Balaídos comenzó una sesión de entrenamiento para los suplentes y los que no llegaron a jugar. Sergio Álvarez, Kevin, Cabral, Beltrán, Lobotka, Pione Sisto y Hjulsager vieron como se las gastaba el técnico luso. A ellos se unió Hugo Mallo, que había disputado todo el encuentro.
Durante más de media hora, bajo una intensa lluvia los futbolistas se entrenaron como si se tratase de una sesión más de la semana. Circuitos de resistencia y velocidad, sprints a medio campo, lanzamientos a puerta fueron algunos de los ejercicios que realizaron los futbolistas bajo las órdenes de António Calado, que imprime a cada entrenamiento un ritmo infernal.