Aspas reina en el caos propuesto por Munuera Montero

Agónica, peleada y saboreada victoria por la mínima y con un hombre menos la del Celta de Vigo ante la primera gran final de la temporada. Los de Óscar García supieron sobreponerse, con el empuje de una grada entregada, a la temprana expulsión de Bradaric y a los desmanes de Munuera Montero para terminar venciendo con un gol de Iago Aspas que deja al cuadro pepinero a cinco puntos.

Hugo Mallo y, sobre todo, Denis Suárez eran las novedades de un Celta de Vigo dispuesto a dar un puñetazo en la mesa y dejar al CD Leganés a cinco puntos tras la matinal de este sábado de carnaval en Balaídos. Pero a diferencia de lo inicialmente  esperado el cuadro de Aguirre salió al césped de Balaídos con ganas da mandar y meter en problemas a Rubén Blanco que tuvo que intervenir, en el minuto 3, para despejar un zapatazo  de Kevin Rodrigues.

Tuvo un saque de esquina más el Leganés antes de que el Celta reaccionase para empezar a mandar sobre el balón y el partido. Los vigueses acumulaban más y más posesión pero, de momento, se estrellaban contra el muro pepinero compuesto de diez hombres, incluido el punta Carrillo.

Comienza el show de Munuera Montero

Dominaba el Celta sin ser capaz de generar peligro cuando en un balón dividido en mediocampo Bradaric llegaba tarde y con los tacos por delante sobre Butinza y Munuera Montero, el mismo que siendo el responsable del VAR ante el Real Madrid perdonando la roja a Bale, no dudaba en expulsar al croata con roja directa por una dura falta pero lateral.

La actuación de Munuera Montero sacaba de quicio a todo el Celta y Óscar García era amonestado por protestar. Luego le tocaba a Denis Suárez también por protestar otra falta y ya en el minuto 31 a Murillo por saltar con el brazo por delante. Todo lo que iba sucediendo en el campo daba alas a un Leganés que en cada encontronazo con un jugador del Celta se iba al suelo buscando rascar algo más al ínclito colegiado jienense.

Los de Aguirre, con un Celta buscando su lugar en el partido, difrutaban de una doble ocasión que supo atajar Rubén Blanco aunque en caso de gol tendría que ser anulada por fuera de juego como certificó el VAR. El Celta no era capaz de tener más de unos segundos la pelota y sufría ante un Leganés cada vez más atrevido que sumaba nuevas oportunidades de gol antes de llegar al descanso abortadas por Rubén Blanco y Hugo Mallo.

Con uno menos el panorama no cambiaba en la segunda mitad. El Leganés, con un fútbol directo buscaba la meta de Rubén Blanco y el Celta una contra en la que poder marcar un gol se veía muy lejos. Hasta el 57', con una apertura al hueco de Denis Suárez sobre Aspas que terminó con un pase atrás de Smolov sobre Rafinha el Celta ni se había acercado a la meta de Soriano.

Munuera la vuelve a liar

Esta jugada fue el anticipo de la enésima chaladura de Munuera Montero. El árbitro mostró una roja a Óscar Rodríguez por una entrada sobre Olaza que el VAR rearbitró para dejarla en amarilla ante el enfado del celtismo. Un enfado que apenas duró uno segundos, el tiempo que tardó Olaza en sacar la falta y en Aspas en poner el balón en el fondo de las mallas.

El Celta se ponía, con uno menos, por delante en el minuto 62 por medio de la picardía de Iago Aspas. A los de Óscar les quedaba media hora por delante de tensión y sufrimiento. El técnico apostaba por reforzar el equipo con las entradas de Beltrán y Aidoo por Smolov y Denis Suárez mientras que Rafinha se echaba el equipo a sus espaldas.

Firmes hasta el final

El reloj iba avanzando sus manillas y Balaídos veía más cerca el 90', la afición, entregada con los suyos tocaba con las yemas de los dedos este milagro en forma de victoria y daba a los jugadores la energía que sus cuerpos ya habían gastado. El Celta cumplía el primer objetivo y llegaba al final del tiempo reglamentario con ventaja.

Ahora le tocaba sufrir cinco minuto más arropado por los 20.000 aficionados que ya habían desgarrado sus gargantas sin cesar de animar a un equipo que se lo había dejado todo sobre el verde. Pero este Celta ha aprendido a sufrir, a defender y a no conceder. Los de Óscar García se han aplicado en los estudios y ampliado su registro para regalar al celtismo una agónica y peleada victoria en la primera gran final de la temporada.