Rafinha es plenamente consciente de que el mayor patrimonio que posee el Celta de Vigo es su afición. Esa que comienza a recobrar la sonrisa tras los últimos resultados de su equipo. En los malos momentos, la fiel hinchada celeste siempre ha demostrado su fidelidad al escudo y eso fue lo primero que le quedó claro a uno de los últimos en llegar al vestuario vigués en el pasado mercado de invierno.
Hablamos de Filip Bradaric, mediocentro firmado en enero. El croata llegaba en un momento delicado, en el que ni los resultados ni la suerte acompañaban. Los que sí seguían al pie del cañón eran los aficionados, que volvían a llevar al equipo en volandas hasta las entrañas de Balaídos dando inicio así al capítulo de recibimientos épicos esta temporada. Ante la SD Eibar llegó el primero, que coincidía con la primera citación de Bradaric tras su fichaje.
El mediocentro, literalmente, alucinó con el sentir de la gente. Rafinha -testigo de lo vivido aquel día- contó durante una entrevista en LaLiga cómo había vivido Bradaric aquellos momentos. "Estaba con una cara de no entender nada, de si aquello era normal o no. Le tuve que explicar lo que hace la afición para unirnos y motivarnos. Eso siempre se agradece, para quitarse el sombrero", comentó al respecto.
Desde aquel momento, a Bradaric le quedó clara la responsabilidad que adquiría tras firmar por el Celta. En aquel encuentro el equipo no pudo vencer, pero fue el inicio de un cambio de dinámica, de juego, que está teniendo como beneficio unos últimos resultados positivos, que se traducen en siete puntos de nueve posibles. Una racha que esperan prolongar porque si el equipo responde, aún más lo hará una afición ante la cual Bradaric también se quita el sombrero.