Siete años de una de las tres 'Bermejinhas' que han pasado a la historia celeste

Mario Bermejo es historia celeste con solo dos temporadas como jugador, la del ascenso de A Madroa y la de la permanencia del 4% donde él fue parte activa de la salvación con un remate patentado para la posteridad, la Bermejinha, esa 'obra de arte' que dio siete de los 37 puntos al Celta de Vigo en la temporada 2012/13. Precisamente el 22 de abril se cumplen siete años del último de esos tres remates inverosímiles que acercaron a los vigueses a la permanencia y sentenciaron a un Real Zaragoza que lleva desde ese año 2013 purgando sus pecados en LaLiga SmartBank.

Era el minuto 92 del partido y el Celta empataba a unos en Balaídos ante el Zaragoza, un resultado nefasto para los intereses vigueses que ocupaban la última plaza de la tabla a tres puntos de los maños. Con 24 puntos, 25 si se certificaba el empate los de Abel Resino podían decir casi adios a Primera, pero un centro de Orellana en el descuento llegó a las botas de Bermejo que marcó gol ya que Roberto no supo adivinar la trayectoria del remate del cántabro.

Hay una razón para ello, para que Roberto se comiese es balón, y es que como describía en su momento Antonio Estévez, maestro del periodismo deportivo vigués, la Bermejinha "trátase de un remate ejecutado con cualquiera de las dos piernas cuya singularidad es el heterodoxo golpeo al balón, fruto del cual este describe una trayectoria imprevisible e imparable para el portero del equipo rival".

Y así sucedió por tercera vez esa temporada, ante el Real Zaragoza supuso la consecución de tres puntos que engancharon al Celta en la pelea por la salvación, una salvación que cerró en la última jornada ganando 1-0 al Espanyol con el histórico gol de Natxo Insa.

Esta era la tercera Bermejinha de la temporada, la primera, la original fue ante el Granada, un tanto que valió los tres puntos mientras que la segunda sirvió para que el Celta se adelantase al Deportivo. Ese encuentro acabó con empate por lo que la Bermejinha logró nada más y nada menos que siete puntos en tres partidos vitales para lograr la permanencia.