La dura derrota del Celta de Vigo ante el RCD Mallorca por 5-1 en Son Moix estuvo marcada por las decisiones arbitrales. El colegiado De Burgos Bengoetxea desató la polémica con varias de sus resoluciones. Una de ellas fue un penalti en contra de los celestes que provocó la ira en el celtismo, porque el contacto parecía mínimo. La otra, un gol fantasma de Jeison Murillo que no subió al marcador. Iago Aspas, que estalló contra el árbitro tras el partido, quiso mostrarle a Manolo Reina, cancerbero bermellón, las imágenes de este tanto que pudo cambiar los acontecimientos.
"También hay un gol nuestro no señalado que por lo que hemos visto en una foto el balón entra", señalaba el de Moaña en zona mixta al finalizar el partido en Son Moix. "Son decisiones que ya no podemos hacer nada por cambiarlas", añadía. No obstante, tal y como recoge un usuario en Twitter, el delantero del Celta quiso que quedara constancia de que el balón sí había traspasado la línea de gol, por lo que debería haberse sumado a la cuenta final. Corría el minuto 19 de partido y el Celta caía por 1-0. Habría supuesto el empate.
En una imagen insólita, Aspas esperó, teléfono móvil en mano, a Manolo Reina, portero del Mallorca, en la entrada al túnel de vestuarios. El moañés quería mostrarle al guardameta malagueño la imagen que demostraba que la pelota había llegado a cruzar por completo la línea de la portería, a pesar de la intentona de Reina por sacarla antes de que esto ocurriera.
Una de las imágenes de la jornada: Iago Aspas esperando a Manolo Reina con el móvil en la mano para enseñarle la jugada del gol fantasma del Celta. pic.twitter.com/9NWatd9EkV
— César Vargas (@_CesarVargas) June 30, 2020
Si bien ya no iba a conseguir cambiarlo, Aspas quiso defender una vez más el honor de su equipo, demostrando con pruebas una equivocación del árbitro que perjudicaba al Celta y su permanencia en LaLiga Santander.