El VAR le roba un punto al Celta

Una derrota desde la sala VOR y desde la pantalla del VAR, así se puede resumir el encuentro protagonizado por el Celta de Vigo. Un equipo que se quiso sobreponer a las dificultades de las que tanto habla Eduardo Coudet. El Celta no pudo contar con Aspas y Brais, terminó con 10 por una injusta expulsión de Rubén Blanco y con Solari y Tapia renqueantes. La derrota en el descuento ante el Valencia CF es la demostración de que los vigueses no piensan rendirse jamás por mucho que las dificultades intenten sobrepasar al conjunto celeste. Un 2-0 tan irreal como injusto ya que Pizarro Gómez se cargó el encuentro al decidir expulsar al portero del Celta por algo que solo él vio.

Eduardo Coudet cumplía con el guion previsto y no cambia sus sistema de juego por las bajas de Iago Aspas y Brais Méndez. El Chacho apostaba por Solari y Ferreyra para suplir ambas ausencias ante un Valencia en una constante e interminable crisis institucional y deportiva. Dos rivales con motivos para no arriesgar en un partido al que le costó entrar en temperatura y ritmo debido a las continuas interrupciones. En una de ellas Nolito veía la quinta cartulina amarilla del curso por lo que el gaditano no podrá jugar ante el Valladolid.

Solo la presión alta sobre la salida de balón de Araujo provocaba algún tímido acercamiento a las porterías de Mestalla. Un exceleste como Daniel Wass era el primero en rematar dentro de los tres palos batiendo a Rubén Blanco pero el danés estaba en fuera de juego, como ratificó el VAR. En los primeros 25 minutos era más sencillo ver a alguno de los 22 protagonistas en el suelo que trenzando una jugada.

Los errores de Murillo, muy mal posicionado en la primera media hora, permitían al cuadro local acercarse con más peligro al la meta de un Celta que tenía puestos sus ojos en el renqueante tobillo de Renato Tapia, que terminaba con un aparatoso vendaje de ahí que Coudet pusiese inmediatamente a calentar a Fran Beltrán. Sin futbol, sin acercarse a un Cillesen que era un espectador privilegiado del encuentro y con más errores que aciertos el Celta era capaz de sostener el cero a cero al descanso.

El paso por vestuarios no cambiaba demasiado el panorama general de un partido en el que al Celta le costaba demasiado generar jugadas con cierto peligro. El Valencia seguía estrellándose en la zaga viguesa, muchas veces por sus propios errores como el de Racic pasado el 55'. El paso atrás en la presión local permitía a los de Coudet jugar la pelota más lejos de su área y solo Kang In Lee era capaz de ofrecer algo diferente sobre el césped de Mestalla.

Pizarro Gómez y el VAR atracan al Celta

El Celta remató por primera vez entre los tres palos en el 60', un flojo cabezazo de Santi Mina, unos segundos antes de que se desatase el caos con la expulsión de Rubén Blanco por una más que dudosa entrada sobre Maxi Gómez. El portero apenas roza al delantero uruguayo pero tras consultar el VAR el colegiado decidió mostrarle la cartulina roja. Maxi ni siquiera tenía controlada una pelota que se iba por el lateral, muy lejos del posible control del charrúa.

Coudet sacaba del campo a Ferreyra para dar entrada a Iván Villar. Al Celta le tocaba aguantar los últimos 25 minutos con uno menos tras la más que dudosa decisión de  Pizarro Gómez. El Valencia se hizo dueño del encuentro y pudo adelantarse a centro de Kang In al que no llegó Gameiro. El Chacho daba por bueno el punto y daba entrada a Aidoo para jugar con tres centrales y dos laterales largos. Beltrán también entraba por Nolito en un eterno descuento de siete minutos.

Y el Valencia lo aprovechó, Kang In habilitaba a Vallejo y este, ya dentro del área, ponía el 1-0 en el minuto 93. Después, en el 98', Gameiro ponía el 2-0 tras el pase de Correia. Una derrota en la que el colegiado y ese instrumento tan valido como mal usado como el VAR destrozaron las opciones celestes.