2-3, Nolito (m. 73)
3-3, Iago Aspas (m. 90+6)
0-2, Busquets (m. 17)
0-3, Memphis (m. 34)
El Celta logra un empate épico en el enésimo milagro de Iago Aspas
Un Celta de Vigo de dos caras ha logrado sumar un punto ante el FC Barcelona. Un empate que llegó en el descuento por medio de Iago Aspas. El moañés fue ovacionado en el 10' y terminó marcando por partida doble. Nada hacía presagiar que el partido terminase con un empate a tres goles. En una primera mitad horrible en la que la falta de efectividad y la fragilidad defensiva del equipo acabaron con un 0-3 al descanso dio paso a una segunda parte en la que el Celta volvió a encontrarse con su mejor juego y con los goles. Espoleado por una grada que nunca dejó de animar a los suyos a pesar del resultado los vigueses fueron metiéndose en el partido, marcando goles y apretando a un Barcelona que acabó cediendo en el descuento. Dos goles de Iago Aspas y uno de Nolito permiten que el Celta sume un punto épico en el descuento ante un Balaídos entregado a los suyos.
Sin Santi Mina en la convocatoria y con Brais Méndez sancionado saltaba el Celta al césped de un Balaídos entregado a Sergio Álvarez. 'O Gato de Catoira' recibía el cariño de su hinchada tras haber anunciado a final de la pasada temporada su retirada. Regresaba Iago Aspas al once y el celtismo esperaba al minuto diez para ovacionar a su '10' en un encuentro con una importantísima carga sentimental en el ambiente. Era Iago quien abrazaba a Sergio, un meta que con solo 35 años aspira a tener una vida normal y poder correr detrás de sus hijos tras una gravísima lesión degenerativa, con la grada en pie aplaudiendo al hombre que mejor encarnó los valores del celtismo en los últimos años.
Ansu Fati rompe la magia
Unos minutos mágicos que pudieron encontrar su mejor desenlace en una cabalgada del moañés para plantarse delante de Ter Stegen en el 2'. Su ajustado disparo al primer palo se marchó rozando el lateral de la red. Del 1-0 no se tardó en pasar al 0-1, la magia se rompió. Ansu Fati se deshacía de Hugo Mallo, se hacía con un hueco para el disparo y batía a Dituro. Cinco minutos bastaron al azulgrana para demostrar su calidad. Buscaba reaccionar el cuadro celeste por medio de Aspas, que seguía merodeando el área rival. El moañés era ovacionado por los suyos llegado el minuto 10, no importaba la derrota ya que el legado de Aspas es eterno.
Como si el Celta viviese en un bucle se repetía la historia del 0-1. Denis Súarez se inventaba un pase de 40 metros hacía Aspas con el que destrozaba a la zaga culé. El moañés no controlaba bien el esférico y perdía una oportunidad de oro para lograr el empate. Y de ese 1-1 se pasaba al 0-2 en una jugada en la que Nico asistió Busquets. Este, desde la frontal, ajustaba su disparo para superar a Dituro. Los momentos estaban matando al Celta. Se pudo poner por delante y se vio por detrás, pudo empatar y terminó con una desventaja de dos goles en solo 18 minutos.
Memphis sentencia el partido
Ni un reproche de la grada a los suyos, la diferencia de efectividad volvía a matar al Celta. Los de Coudet intentaban meterse en el partido pero el Barcelona se aprovechaba de la fragilidad defensiva del cuadro vigués. Nico volvía a encontrar un hueco tras deshacerse de dos rivales, abría a Alba y este ponía un centro que Memphis cabeceaba al fondo de las mallas. El Celta caía 0-3 en el 34' y le esperaban 60 minutos más de sufrimiento el día que Sergi Barjuan dejaba el banquillo azulgrana a Xavi Hernández. Las lesiones de Ansu Fati y Mallo cerraban una primera mitad para olvidar.
Un hilo de esperanza
El Celta necesitaba rearmarse para la segunda parte, al menos para evitar una carnicería. Kevin entraba por Mallo y Beltrán sustituía a un desacertado Augusto Solari. Arrancaban con ganas de recortar distancias los celestes. Avisaban una y otra vez e incluso marcaban por medio de Thiago Galhardo. Cruzaba bien el esférico el brasileño tras pase de Aspas pero la jugaba estaba anulada por fuera de juego. No lo fue el de Aspas en el 52'. El moañés recogió un rechace de Ter Stegen a disparo de Galán con el que ponía el 1-3. Los de Coudet se ponían a un gol de meterse de lleno en un partido que en el 34' estaba sentenciado.
Un posible penalti, un gol anulado por mano y el 2-3 de Nolito
Apretaba el equipo en busca del milagro ante un Barcelona que perdía por lesión a su mejor hombre, Nico. Coudet era amonestado por protestar un penalti sobre Thiago Galhardo en el 63'. El brasileño era derribado por Araújo pero el colegiado no señalaba nada para enfado del equipo y su afición. El 2-3 llegaba en el minuto 68, o al menos así lo celebró el Celta cuando Nolito superaba a Ter Stegen. Hernández Hernández entendía que el extremo se había apoyado con el brazo para controlar el balón y por eso invalidaba la jugada.
El Celta era mejor ante un Barcelona roto por las lesiones y completamente desarbolado. Los de Coudet creían en el empate ya que el 2-3 se les estaba escapando por pequeños detalles. Insistían los vigueses por medio de un centro de Cervi que Nolito cabeceaba al fondo de las mallas. En el 73' encontraba el justo premio a lo que estaba pasando en el césped de Balaídos. Buscaba el empate empujado por la grada pero las fuerzas se iban agotando. Los vigueses pagaban el esfuerzo de ir tantos minutos a contracorriente. El cansancio hacía mella en el cuadro celeste, iba perdiendo metros a favor de un Barcelona que tuvo en un larguero de De Jong la oportunidad de cerrar el partido.
Araújo, Nolito y Galán tuvieron la oportunidad de empatar. El Barcelona, por medio de Ter Stegen, perdía tiempo en el descuento. Sabía que el gol celeste podía llegar antes del pitido final. El hombre más retrasado del equipo era Aidoo, casi en tres cuartos de campo del rival. Moría el partido los de Sergi jugando al otro fútbol y con Aspas controlando un balón en el área que se iba al fondo de las redes. Empataba el Celta en el minuto 96', lo hacía por medio de su estrella y Balaídos se caía. No había tiempo para más porque si lo hubiese el Celta acabaría marcando el cuarto. Fue un empate pero sabe a victoria por cómo se fraguó y porque Iago Aspas, el día que el celtismo lo ovacionó, marcó dos goles para recordar que sigue siendo el príncipe.