Aspas, un manojo de nervios en el banquillo del Celta
Iago Aspas fue suplente en la final ante el FC Barcelona. El estado físico de su espalda le impedía jugar todo el partido así que el delantero y Carlos Carvalhal pactaron que entrase en la segunda mitad. Esto provocó que Iago Aspas viviese con muchísima tensión todo lo que sucedía en Balaídos y en otros campos de LaLiga Santander. Estalló con cada uno de los goles de Gabri Veiga en un agónico partido que terminó con final feliz. Sus nervios eran los de todo el celtismo.
"En vez de estar con el móvil en el banquillo me hubiera gustado estar dentro. Estaba muy muy nervioso viendo el móvil, intentando preguntar al lado y viendo el partido. Tratando de hacer lo máximo para ayudar a mis compañeros", confesó Aspas en DAZN.
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Las cámaras de Movistar Fútbol captaron al moañés sufriendo en el banquillo. Celebrando como un loco cada uno de los dos goles. Iago Aspas corrió la banda para abrazarse en el primer gol con Gabri Veiga. En el segundo se abrazó con Carlos Carvalhal. Aspas era uno más de los 23.365 espectadores que abarrotaron Balaídos en la final contra el FC Barcelona.
Iago, un veterano como tu no puede ir a una final con esa actitud. No se puede estar en el banquillo pendiente del móvil y de otros campos. Cuando se está de suplente hay que estar al 100% con cabeza en el partido y no en otro lugar, ya que si tienes esa actitud en el banco, la vas a trasladar al campo cuando te toque entrar. Es difícil templar los nervios, pero eso lo puede hacer un chaval, no un veterano como tu. Pero bueno, hagas lo que hagas, te adoraré igual :)