El Celta se queda sin bailar en el debut de Bamba

Perder para seguir aprendiendo. El Celta cayó en los últimos instantes ante el Benfica en el debut de Jonathan Bamba con la celeste. El cuadro olívico, en una primera mitad de más a menos, dejó claro que aún le queda un largo camino por delante para asimilar las ideas de Rafa Benítez. Los mimbres aún son escasos pero la intención es buena. En la segunda parte, con muchos cambios en ambos equipos, el campeón portugués fue mejor pero no logró perforar la meta viguesa hasta el filo del pitido final. Un penalti de Gael Alonso y una incomprensible pérdida de Renato Tapia condenaron a los vigueses. Derrota 2-0, abultada para lo que se vio sobre el césped de Algarve, ante un Benfica que tiene más y mejor fondo de armario que el Celta.

Rafa Benítez apostaba por repetir el once con el que había jugado el primer partido de la pretemporada ante el Al-Nassr. La única novedad era la presencia de Strand Larsen, autor de tres goles en ese amistoso, en lugar de Gonçalo Paciencia. El portugués, al igual que Miguel Rodríguez, se caían de la convocatoria por sobrecarga muscular. Tampoco estaba en el banquillo Carlos Dotor, el último fichaje del Celta, tras llegar a la concentración este pasado jueves.

Activo en el arranque el Celta, superior al Benfica gracias a la altísima presión que ejercieron sobre la salida de balón lisboeta. Intentaba percutir Carles Pérez por el costado diestro mientras Aspas se movía por todo el frente del ataque buscando la línea de pase sobre Strand Larsen. El noruego tuvo la primera. Carlos Domínguez, en la réplica del Benfica, evitó una clara ocasión de gol. Los de Benítez seguían proponiendo jugar con las líneas muy adelantadas. Las ocasiones se sucedían. Iago Aspas no lograba conectar un buen disparo. Rafa Silva no llegaba a un centro lateral cuando se había zafado de la cobertura celeste.

El partido llegaba al ecuador del primer acto con un Benfica que se había sacudido el dominio celeste. Kevin Vázquez era el que más sufría. Un desajuste de José Fontán, de nuevo jugando de lateral izquierdo, dejó un espacio a su espalda que a punto estuvo de convertirse en el 1-0 para el Benfica. Gonçalo Ramos no llegó al remate. El partido era del Benfica. Los vigueses cerraban en bloque bajo, con todos sus miembros metidos en su campo. Joao Mario llevaba la batuta de los suyos. Solo Hugo Sotelo era capaz de darle claridad al juego olívico.

Fiel al guion de un partido del mes de julio el ritmo bajaba a medida que pasaban los minutos. Las piernas aún no son capaces de soportan más de media hora, especialmente si el calor, con temperaturas de 25 grados a las 22.00 horas, no les dejaba coger aire a ambos equipos. Se paraba el encuentro por un golpe en la cara a Fran Beltrán. El madrileño salía del campo con un visible chichón debajo de su ojo derecho. Con uno menos llegó al ocasión más clara del Benfica. Un barullo en el área que terminó con un disparo de Morato. De más a menos se llegaba al descanso. Igualdad en el juego, no tanto en las ocasiones. Tuvo más y mejores un Benfica que explotó la debilidad del Celta en sus laterales, especialmente el defendido por Kevin Vázquez.

Empezaba la segunda mitad con muchos cambios en el Celta. Mingueza, Unai Núñez, Carreira, Franco Cervi, Swedberg y Jonathan Bamba entraban al campo. El Benfica modificaba por completo su once. Eran los lisboetas quienes acariciaban el 1-0 en un vertiginoso arranque. Iván Villar, que seguía sobre el campo ante el inminente traspaso de Rubén Blanco al Marsella, evitaba el gol en una gran doble intervención. Musa, tras ganarle el salto a Aidoo, no encontraba portería.

IVÁAAAAAAAAAAAAAN! 🧤

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— RC Celta (@RCCelta) July 21, 2023

Se quería quitar de encima el dominio del Benfica un Celta que con el paso de los minutos se sentía más cómodo. Hugo Sotelo cogía de nuevo la manija. Cervi daba equilibrio mientras que Carreira y Mingueza ofrecían más profundidad a las bandas. Benítez daba entrada a Tapia y Baeza para darle un nuevo impulso a la medular. El partido se había caído. Ni Benfica ni Celta eran capaces de acercarse a la meta rival. Jonathan Bamba apenas tocaba un balón y cada vez que lo hacía se le notaba muy pesado. Ligero era Swedberg. El sueco dejaba un partido más detalles de calidad. Cervi y Carreira probaban fortuna.

El Benfica no se amilanaba. El campeón de Portugal, con Di María a los mandos del ataque. Una pérdida de balón de Tapia obligó a Baeza a tapar la progresión del argentino en falta. Se ganó la amarilla. Los últimos diez minutos fueron claramente del Benfica. El larguero evitó, en el 82', el tanto de João Victor. Un duro testarazo al que no había llegado Rubén Blanco. Respondió el Celta con un buen ataque de Swedberg y un zapatazo de Baeza que mandó a línea de fondo Odysseas con una buena intervención. El cansancio abrió el partido en sus últimos instantes. Ya en el 88' Gael Alonso llegó tarde a un balón cometiendo un penalti que revisó el colegiado portugués en la pantalla del VAR. Di María engañó a un Rubén Blanco que se venció para poner el 1-0 en el 89'. Con todo decidido Musa puso el 2-0 unos segundos después. Tapia perdía el balón con un pésimo pase sobre Gael Alonso. No dio tiempo para más, solo una arrancada de Bamba en un partido que terminó cayendo del lado local.