Una inesperada remontada copera en las entrañas del Villamarín
El 30 de noviembre de 2017 será recordado para siempre por el cadismo como la noche en la que el Cádiz CF eliminó inesperada y justamente al Betis en el Benito Vilamarín. En el partido de ida, los amarillos habían perdido 1-2 en el Carranza y la vuelta parecía un trámite. Pero se terminó convirtiendo en una noche de alegría inesperada.
La peña de Sevilla Exilio Cadista lo vivió en primera persona y sus miembros lo pasaron en grande. Marco Lado, presidente de la agrupación, relata cómo fue un partido inolvidable. "En otras ocasiones habíamos visto al Cádiz en Sevilla estando en Segunda B o en Primera y habíamos tenido problemas en las inmediaciones de Reina Mercedes y no quisimos ir con camisetas del Cádiz. No quisimos meternos en zona ultra, fuimos a la grada normal y fuimos de paisano. Éramos unos 20 y media hora antes de entrar me ofrecieron dos entradas para los palcos nuevos de Gol Sur, que se estrenaban en esa temporada".
"Fue una gozada porque sólo íbamos con ánimos de pasar el rato. Allí escuchábamos a la gente decir que nos iban a meter unos cuantos goles, parecía que se iban a pasear con nosotros. Íbamos a tomarnos algo en el palco y no nos habían puesto la primera cuando ya Barral había marcado el primer gol. El de la barra nos preguntaba si nos ponían la bebida en vaso de plástico para tomarla en la grada, pero le decíamos que no por el frío. Pero empezaron a caer los goles y nos terminamos sentando fuera", recuerda Marco,
De la incredulidad a la euforia
Sin camisetas del Cádiz, pero con la euforia del resultado, llegaron algunos cánticos en la grada y la respuesta de los aficionados locales: "En el descanso, con 2-4, nos decían los aficionados del Betis que era un accidente y que no nos confiáramos porque llegaría la remontada, pero no fue así. Cuando llegó el quinto gol, ya se metieron muy cabreados en el palco pero decían que al menos había sido el Cádiz el que los había eliminado", afirma.
Los goles de Romera (2), Barral, Aitor García y Kecojevic provocaron que los aficionados que estuvieron el estadio bético y los propios futbolistas vivieran momentos de gran euforia. Marco recuerda que "al final nos juntamos con otros cadistas y estuvimos esperando a los jugadores fuera del estadio. Se hicieron fotos con nosotros porque estaban pletóricos, como si hubieran ganado la Champions. Meter cinco goles en el campo del Betis no pasa todos los días".
La alegría de ganarle a Quique Setién
Además, la victoria amarilla sirvió como venganza en la persona de Quique Setién. En aquel momento era entrenador del Betis, pero se había cruzado en el camino del Cádiz siendo técnico del Lugo en 2012. En una eliminatoria por el ascenso muy dolorosa para el cadismo, el cuadro lucense había sido beneficiado por el árbitro Hernández Cifuentes en el partido de ida. "Ganarle a Setién fue una satisfacción adicional. Durante la semana ya habíamos comentado que era una buena oportunidad para devolverle lo que había pasado en Lugo. Aquello fue un atraco a mano armada", recuerda Marco.
Otra recuerdo de éxito en Sevilla
La peña Exilio Cadista ya había tenido la suerte de presenciar un éxito copero del Cádiz en Sevilla en 2006. Fue en el Sánchez-Pizjuán y el Cádiz aguantó (0-0) después de haberse impuesto en la ida. Marco Lado no se olvida de la otra alegría hispalense: "Con Víctor Espárrago eliminamos al Sevilla con un 3-2 en el Carranza y un 0-0 agónico en la vuelta, incluyendo un penalti fallado por Abraham Paz. La alegría fue tremenda y recuerdo que dejó a Juande Ramos muy cuestionado, pero después lo ganó casi todo en el Sevilla".