Una clasificación con una factura muy cara
El Cádiz CF logró la clasificación a la siguiente ronda de la Copa del Rey en partido de pésimo calidad y donde la peor noticia fue la lesión de José Mari. El equipo amarillo tuvo ocasiones para marcar durante los 90 minutos y en la prórroga, pero no consiguió el pase hasta la tanda de penaltis.
Desde el principio quedó claro que poco tenía que ver con la eliminatoria contra el Ribadumia. Por el campo y por el nivel del adversario. El Cádiz intentaba llevar el mando, pero estaba impreciso y el rival era muy vertical después de robar el balón. Tanto Momo como Saturday tenían que emplearse ante las contras rápidas de los gallegos.
Perea aglutinaba el juego ofensivo de los amarillos. Era quien le daba sentido a los ataques, donde Alejo caía en la derecha y Bodiger en un terreno indeterminado cerca de Álvaro Giménez. La primera ocasión fue de Garrido, que cabeceó un balón parado y al que reaccionó perfectamente Álvaro Cortés, portero local.
El mazazo llegó en forma de lesión porque José Mari tuvo que pedir el cambio por un problema en el cuádriceps. Cervera recompuso el equipo bajando a Bodiger junto a Garrido y metiendo a Malbasic. Marc Baró estuvo a punto de marcar a la media hora, pero su excelente lanzamiento desde fuera del área se estrelló en el palo.
El Cádiz estaba siendo superior y en el primer tiempo mereció ponerse por delante, pero cuando los locales llegaban al área de David Gil creaban peligro por el nerviosismo de la joven defensa amarilla.
El equipo estaba haciendo un partido serio y con ocasiones para marcar. Malbasic pudo marcar en el arranque de la segunda mitad, pero no pudo aprovechar un balón peinado por Garrido en un córner bien lanzado por Baró. El Pontevedra hacía cambios en busca de crear más peligro en ataque cuando quedaba algo más de media hora.
El partido estaba muy abierto porque el Cádiz no era capaz de traducir su superioridad en una ventaja en el marcador y eso le daba esperanzas a los gallegos. Era un continuo voleón arriba de unos y otros y no estaba nada claro quién terminaría logrando el pase.
Aunque la Copa supone un desgaste excesivo, Cervera quería seguir adelante y metía a Pombo y Lozano para el tramo final. El hondureño se dejaba notar con alguna acción de calidad, pero nadie creaba peligro y el partido se encaminaba hacia una prórroga que sólo hacía prolongar el cansancio de los jugadores y del público porque el espectáculo dejaba mucho que desear.
Ninguno de los contendientes pudo marcar y se llegó a la prórroga. Más cansancio para un equipo que se juega mucho el domingo ante el Alavés. Pudo marcar Lozano después de una buena dejada de tacón de Adekanye, pero el disparo le salió muy centrado.
El tiempo extra fue de mucha entrega, pero de escasa calidad. El Pontevedra pudo marcar en el minuto 111, pero David Gil se lució en un remate cercano de Imanol. La cosa se decidió finalmente en los penaltis, donde marcaron Malbasic, Pombo, Lozano, Akapo y Adekanye. David Gil paró el quinto penalti del Pontevedra a Churre y el equipo amarillo logró el pase.