Del oportunismo al protagonismo
De oca a oca y tiro porque me toca; de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente. La misma que se lleva a Riqui Puig y sus oportunidades, la misma que le coloca como titular en la Copa del Rey y la misma que le demuestra que del oportunismo al protagonismo hay un trecho que, por el momento, él aún no ha superado. Porque esto no es un juego; pregúntale a LeBron.
Riqui Puig se convirtió a eso de las 20.00 horas en la noticia positiva del FC Barcelona. Ronald Koeman ha dejado claro en repetidas ocasiones que no cuenta con él, pero sus minutos en Elche, sumado a las rotaciones, le obligaban a contar con el chico.
La realidad de Riqui, perdonen que la mencione, no ha cambiado en demasía en el Camp Nou. El chico, que tiene talento que le sobra, nunca ha sido un activo de importancia en este Barça, ni con Ernesto Valverde, ni con Quique Setién, ni ahora con el holandés. Y no me vengan con la fotito del primer día del de Santander, que fue todo una milonga. Pero su titularidad siempre ilusiona.
En Vallecas se presentaba otro duelo para su talento. En la última eliminatoria, el césped artificial y las cortas medidas del estadio ponían la excusa, pero en Vallecas, en un campo histórico de LaLiga Santander, le tocaba echarse al equipo a la espalda. Y, perdonen que lo mencione, no fue eso precisamente lo que hizo.
Hasta 69' tuvo el chico para mostrarse: un par de buenos balones al hueco, algún grito provocando una amarilla y poco más. Paren ustedes de contar.
No seré yo, futbolista fracasado, firma de un artículo, el que vaya a darle lecciones a Riqui Puig ni a todos los que le siguen, pero, perdonen que lo mencione, del oportunismo al protagonismo hay mucho camino que, por el momento, el chaval no ha empezado siquiera a recorrer.