El daño colateral de la expulsión de Illarramendi: podría peligrar la final de Copa
Hay cosas en el mundo del fútbol que cada vez se entienden menos. Si ya de por sí era difícil de entender la expulsión de Asier Illarramendi en el partido de Copa del Rey frente al Real Betis, aún lo es más la resolución de la jueza única de competición de la RFEF, Carmen Pérez González, que ha desestimado las alegaciones presentadas ayer por la Real Sociedad a la segunda cartulina del mutrikuarra.
El siguiente partido en Copa del Rey de los txuri urdines es la final de Copa de 2020. La eliminación en esta Copa del Rey, hace que, curiosamente, el próximo encuentro de la Real en la competición es la final del año anterior. Es por ello, que la expulsión de Illarramendi hace saltar las alarmas para el de Mutriku.
Según el Código Disciplinario de la RFEF, en su artículo 56.1 apunta ¡ que no contempla aplazamientos, suspensiones o demás eventualidades que puedan modificar el calendario previsto de una temporada.
Illarramendi y la final de Copa en La Cartuja
Otro problema al que se enfrenta la Real Sociedad es que la expulsión de Illarra se ha hecho en esta temporada y la licencia está tramitada para dicha temporada. Por lo que la final de Copa está encuadrada para esta temporada.
La Real Sociedad presentó alegaciones ante el Comité de Competición por la segunda tarjeta amarilla que vio Asier Illarramendi en el duelo copero ante el Betis, que significó su expulsión. El club txuri urdin defendía que existía error manifiesto en el acta al no existir el contacto en el jugador de la Real y el del cuadro verdiblanco.
Nadie en el entorno de la Real Sociedad estaba conforme con la expulsión de Illarramendi en el partido de Copa del Rey. Una situación que supuso la eliminación del cuadro de Imanol Alguacil. Las imágenes del jugador y de sus compañeros tras la decisión arbitral mostraron la indignación que existía entre los futbolistas, nada conformes con la decisión.
Las repeticiones de dicha acción evidenciaron las protestas de los protagonistas, en las que se percibe que no existe contacto entre Illarramendi y Sidnei. Una jugada en la que Mateu Lahoz decidió mostrarle la segunda tarjeta amarilla al jugador.