El yunque de la adversidad fue injusto, cruel y polémico con el Levante
El Levante, forjado en el Yunque de la adversidad como acuñó el cronista Paco Gandía, supo aguantar 120 minutos pero en el último minuto de la prórroga un penalti más que dudoso, de VAR, destrozó cualquier esperanza de ascenso. Todo un año sufriendo para que se escape en el último instante. Final cruel e injusto. El Alavés asciende a Primera, el Levante tendrá que esperar al menos 12 meses más.
Parecía todo hecho y claro. Un empate valía y un empate tenía en el 129 pero un remate raro, una mano despegada de Rober Pier y todo por el aire.
Tal y como te contamos en directo, el partido tuvo un ambiente de final. Desde cuatro horas antes la afición se congregaba en el Ciutat para apoyar a su equipo pero también para disimular su angustia por la incertidumbre. Combatir los nervios era quizá el caballo de batalla de un Levante al que casi nadie le ha tosido en su estadio. El Alavés no debía ser una excepción y De Frutos tuvo la oportunidad de tranquilizar a la parroquia pero se entretuvo y Duarte le robó la cartera cuando enfilaba la meta de Sivera.
A balón parado en el 20, Vezo no supo aprovechar un rechace de la barrera para convertir un gol que el Ciutat cantaba. Era una noche de emociones contenidas y de silencios contenidos como cuando Miguel, el 9 babazorro, cayó en el área. Hernández Maeso no quiso ver nada. El caso es que, a la media hora de partido, los decibelios en la grada habían bajado y los de Luis García empezaban a dejarse ver. Villalibre las peleaba todas y Guridi era omnipresente en la medular. Peor fue en el 33 cuando Rioja forzó a que Rober Pier sacara en la línea un lanzamiento con marchamo de gol.
La segunda mitad empezó con susto para el Levante
Por dos ocasiones Femenías tuvo que intervenir en los primeros instantes de la segunda mitad cuando Rioja, solo, se encontró un primer rechace del meta levantinista. El Ciutat se silenció, tragó saliva, y luego lo festejó. Femenías había devuelto el pulso a la grada que callaba porque lo que veía sobre el césped no le acababa de convencer. El Levante no sufría en exceso, pero tampoco incordiaba a Sivera. Un empate al final de la prórroga valía, pero nadie quería llegar a esas alturas cuando se había disputado la primera hora de juego pero es que Femenías de nuevo tuvo que sacar otra mano salvadora ante Miguel.
Doble cambio y reacción
Calleja refrescó su delantera y sacó a Wesley y Soldado por Brugui y Bouldini, prácticamente desaparecidos.
Tras muchos minutos sin saber nada del Levante, en el 68 Montiel enganchó un buen disparo desde la frontal que Sedlar sacó milagrosamente en la línea. En el 73 fue De Frutos el que culminaba una buena cabalgada por la izquierda que Sivera atajó no sin apuros. El partido había entrado en una fase trepidante en la que el Levante había recuperado las constantes vitales. La prueba es que Soldado debió sentenciar la final tras un pase medido de Pepelu, pero el disparo del ariete valenciano salió lamiendo el palo.
En la otra meta pasaban menos cosas pero también el palo vio como el disparo de Rebbach se iba desviado por poco tras un inoportuno resbalón de Pubill en casi su único error en todo el partido. Tendría otra en el 86 el Alavés, pero ya no se movería el electrónico y, de cara a la prórroga, Calleja sentó a un fundido y amonestado Montiel para dar entrada a Rober Ibáñez. La final se resolvería con suspense.
A la prórroga y al larguero
El ascenso necesitaría de una prórroga y mucha fe para ser alcanzado. Jason Remeseiro, que salió tan mal del Ciutat hacia el Valencia, puso el picante en la primera entrega en la que De Frutos estrellaría en el 98 un balón en el larguero. El Ciutat se desesperaba porque, tras el agobio pasado, el Levante se estaba haciendo acreedor del triunfo, de evitarse el sufrimiento ya.
Rober Ibáñez la tuvo en el 104 pero, de nuevo Sivera, evitó el gol. Una tangana con una posible agresión a Soldado que no fue tal puso punto y seguido al tiempo extra.
Un penalti tonto que destroza un año de trabajo
Había que sufrir algo más y Sylla, que acababa de salir, pudo amargar la noche. Calleja, ya mirando el reloj, sentó a De Frutos y Vezo para refrescar sus huestes con Postigo y Son. Era un mensaje claro, el 0-0 valía y había que dejar de ser el club forjado en el yunque de la adversidad, por una vez tocaba ser martillo. Gracias, en buena parte, a una afición que no decayó en ningún momento y que hizo este año del Ciutat un fortín casi inexpugnable en el que antes Cárdenas y hoy Femenías (salvó a su equipo en el 120) habían sido los artífices para llegar hasta el último minuto con el ascenso en la mano. La revisión de un posible penalti con el tiempo cumplido le puso la épica a un partido que se fue al 125. Más cruel no podía ser la vida. Villalibre no falló y el sueño se esfumó.
Si el Levante U.D. quedó por encima del Alavés en la clasificación no se teniá que haber llegado a la prórroga y con empate a 0-0 el ascendido hubiera sido el Levante en el partido de vuelta,esto no lo entenderian los del Alavés,la temporada pasada subió en play off el Girona habiendo sacado 12 puntos menos que el Eibar,es decír 4 partidos menos ganados,la R.F.E.F. debería de mirar las ligas de inglaterra,Alemanía,e Italia,para que sirve el puesto en la tabla? juzguen ustedes mismos.SIEMPRE PUCELA.