La mejor versión del Dépor deslumbra en el derbi gallego

Alineando un once totalmente distinto al previsto, Víctor Sánchez del Amo sorprendió a propios y extraños dándole la titularidad a Álex Bergantiños, Luisinho, Juanfran y Jonathan Rodríguez en el derbi gallego. El Dépor varió el planteamiento habitual y apostó por fortalecer el centro del campo con un doble pivote al uso, compuesto por Bergantiños y Mosquera. Se esperaba a Fayçal como acompañante del centrocampista coruñés, pero el internacional marroquí finalmente no fue de la partida. En la izquierda, Luisinho como extremo, con un ojo pendiente en las arrancadas de Orellana. Por lo que respecta al bando visitante, Berizzo no se salió del guión: esquema y futbolistas habituales, más allá de la ausencia de Radoja por lesión. "¿Para qué cambiar lo que funciona?", pensaría el técnico argentino; "¿Por qué no cambiar para que funcione?", pensaría Víctor. 
El conjunto coruñés llevó el peso en el inicio, dándole velocidad a la circulación de la pelota en el centro del campo con la intención de aprovechar la movilidad de Jona y Lucas, dos puntas potentes en las distancias cortas e inteligentes a la hora de incomodar a sus rivales cayendo a ambas bandas. El delantero de Monelos dispuso de las primeras oportunidades claras, si bien no consiguió rematar entre los tres palos en los primeros diez minutos. El Celta trataba de sacudirse el dominio local saliendo a la contra, pero en el intercambio de golpes los blanquiazules lograron abrir la lata: un balón filtrado a la frontal desde el costado izquierdo fue recogido por Álex Bergantiños, y el remate del coruñés, desviado por Sergio, acabó en los pies de Lucas Pérez, que solo necesitó empujar el esférico al fondo de la portería para poner el 1-0 en el marcador. 

Foto: Fernando Fernández.
Sin tiempo para saborearlo, el Celta sacó provecho de la pillería de Aspas en una acción controvertida entre el de Moaña y Navarro. El ex del Sevilla se fue al suelo y Álvarez Izquierdo señaló el punto de penalti sin pensárselo dos veces. Entonces apareció Lux, a menudo sin término medio, capaz de lo mejor y de lo peor. El guardameta argentino descentró a Nolito antes de ejecutar el lanzamiento y consiguió adivinar la dirección de su disparo. Superado el mal trago, en el tramo final del primer tiempo el Dépor volvió a cargar el área de Sergio y a punto estuvo de ampliar la renta. 
Los segundos cuarenta y cinco minutos comenzaron con la misma tónica: el Dépor controlando la pelota, siendo tremendamente vertical, y el Celta capeando el temporal sin encontrar mecanismos para equilibrar la balanza. En pocos encuentros de la temporada los de Víctor se sintieron tan cómodos siendo protagonistas: con personalidad, llevando el ritmo del partido en todo momento y siendo superior al rival en todas las facetas del juego. Asumiendo la superioridad técnica del Celta en la parcela ofensiva, los automatismos de Víctor dieron resultado y solo cuando el cansancio hizo mella aparecieron las primeras opciones de Nolito en el uno contra uno. Para protegerse, el técnico madrileño dio entrada a Fayçal y Laure, en el lugar de Cani y Jonathan Rodríguez. Con el 1-4-5-1 que tan buenos resultados dio en el mes de septiembre. Con ese retoque el equipo recuperó sensaciones y afrontó el último tramo del derbi con un plus de energía. 
A pesar de ello, Riazor acabó pidiendo la hora. Con Guidetti sobre el terreno de juego, el Celta asedió la portería de Lux con más corazón que cabeza pero tanto Sidnei como Arribas permanecieron inexpugnables en el centro de la zaga. Y junto a ellos, una línea de centrocampistas sacrificada, compensada y excepcional en las ayudas.
Con el reloj a punto de marcar los 90+5 llegó la fiesta: un mal despeje de Jonny cogió a Sergio a media salida y la pelota se fue poco a poco en dirección hacia la portería sin que nadie pudiera detenerla antes de sobrepasar la línea de gol.
El mejor Deportivo de la temporada apareció justo a tiempo.