Con pie y medio en Segunda

En una situación límite agudizada por la victoria del Levante anoche, el Deportivo se midió al Leganés en Butarque. Pocas balas le quedaban al cuadro coruñés, lastrado por una temporada decepcionante y entregado al perenne optimismo de Seedorf. El empate final en un choque al que asistieron varios centenares de aficionados blanquiazules acerca todavía más a Segunda a la entidad herculina. El desenlace fatal se antoja inevitable.

El Dépor arrancó el duelo con el once esperado: 4-4-2 en rombo, con Çolak haciendo las veces de enganche. La distribución de espacios fue diferente a la vista frente al Sevilla sobre el césped de Riazor: Mosquera actuó como mediocentro, Guilherme se situó a su derecha y Borges partió desde el sector izquierdo, similar a lo propuesto en Bilbao pero sin Krohn-Dehli, suplente esta noche. Todo ello resultó bastante más coherente que lo alineado ante el Sevilla en Riazor hace solo 72 horas.
Sin tiempo para realizar profundos análisis ni tampoco para colocarle un termómetro al partido con la intención de calibrar la temperatura de los dos contrincantes, Lucas Pérez disfrutó de dos ocasiones claras para anotar el 0-1, y en ambas no perforó la meta madrileña. En la primera, el '7' se atascó en el remate tras recibir un buen pase de Çolak y, acto seguido, adentrarse en el interior del área por el sector izquierdo. En la segunda, el delantero de Monelos malgastó un mano a mano a escasos metros de Cuéllar después de dejar atrás a Siovas. Lucas armó con calma su pierna izquierda antes de enseñar en exceso su disparo al palo largo, lo que facilitó la parada del meta extremeño. 
Transcurridos los primeros diez minutos del choque, el Leganés comenzó a estirarse gracias, sobre todo, a las incorporaciones de Diego Rico por el costado izquierdo pepinero. 12 después, El-Zhar a punto estaría de sacarle partido a una acción de estrategia ejecutada desde el saque de esquina.
El choque no tenía un dueño claro y las llegadas se sucedían en las dos áreas: Lucas Pérez obligó a estirarse a Cuéllar al golpear con potencia un envío al hueco de Çolak y Eraso, con todo a favor, no logró de impactar como deseaba un centro muy tocado desde la banda izquierda. 
Se consumía la primera mitad pero el escenario no variaba, como en un combate entre dos boxeadores ansiosos por noquear al rival. El Deportivo buscó la velocidad al espacio de sus dos puntas y la precisión de su lanzador, Çolak, para hacer daño a campo abierto. Así llegaría la cuarta oportunidad blanquiazul: Çolak jugando en largo para Lucas, Lucas colocándole un balón tenso a Adrián, y el asturiano, trabado por uno de los centrales del Leganés, no lograría conectar impactar con acierto el esférico.
Con el dominio territorial para los hombres de Garitano y las mejores ocasiones en los pies de los visitantes se llegaría a un tiempo de descanso más que necesario por las elevadas pulsaciones a las que se jugó todo el primer tiempo.
El segundo se inició sin tanto ímpetu por parte de los dos conjuntos, algo que no debió gustarle a Seedorf. Transcurridos 12 minutos, el entrenador del Deportivo retiró a Mosquera del campo para dar entrada al uruguayo Fede Valverde. La sustitución llevó a Guilherme al pivote, a Borges a banda derecha y provocó que Valverde se recogiese en el interior izquierdo.
Sin ocasiones claras hasta el 65', el Dépor buscó más respuestas entre los suplentes. Borja Valle, revulsivo en los últimos tiempos, reemplazó a Emre Çolak, dolorido en su espalda después de caer sobre la bota de un contrario. Sin embargo, nada cambió en exceso, por lo que el míster decidió agotar la última bala: Florin Andone.
Con todos los hombres de ataque sobre el verde, al equipo le faltaron ideas, piernas, nervio o todo a la vez para buscar la victoria. En algún momento incluso pareció conformarse con el empate. La realidad es que el punto no sirve de nada y el descenso está cada vez más cerca.  

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