2018: fracaso y reconstrucción
2018 dice adiós con el Deportivo inmerso en la pelea por regresar cuanto antes a Primera. Los últimos doce meses dejan un sabor amargo en el paladar de una afición coruñesa esperanzada en que el lavado de cara realizado durante el periodo estival revierta en el ansiado ascenso a LaLiga Santander y permita sentar las bases de un proyecto deportivo sólido, la gran asignatura pendiente del club durante el último lustro.
El año natural se inició con la dimisión de Richard Barral, por aquel entonces director deportivo del Dépor. El cuadro coruñés optó por no cubrir la vacante y acudió al mercado de fichajes sin un responsable claro por debajo de Tino Fernández a la hora de afrontar la ardua tarea de reforzar a un equipo desnortado.
Llegaron Maksym Koval, Michael Krohn-Dehli y Eneko Bóveda, los resultados no mejoraron y el 4 de febrero acabaría siendo destituido Cristóbal Parralo, sustituto de Pepe Mel, después de haber sumado tan solo tres triunfos en 15 partidos como técnico del primer equipo.
Con Parralo fuera del Dépor, el Consejo estudió diferentes opciones para maximizar las opciones de permanencia y acabó fiando su suerte a la de Clarence Seedorf, un técnico mediático pero falto de experiencia en situaciones límite. Otra apuesta fallida, como la de Sulley Muntari, petición expresa del míster en febrero. Bajo la tutela del preparador de Surinam, el cuadro blanquiazul tardó nueve jornadas en sumar su primer triunfo, un hándicap demasiado grande en la carrera por mantener la categoría.
La progresión del Levante de Paco López hizo estéril la reacción coruñesa y el Deportivo acabaría descendiendo a Segunda el 30 de abril, tras caer por 2-4 contra el FC Barcelona en Riazor.
Asumido el fracaso sobre el césped, el Consejo de Administración se decantó por Carmelo del Pozo como director deportivo, al que otorgó plenos poderes para darle una vuelta de tuerca a la estructura deportiva. El segoviano inició el proceso de reconstrucción confiando en Natxo González como capitán de una nave obligada a atravesar las agitadas aguas de LaLiga 1|2|3 antes de llegar a buen puerto, donde se le espera para el verano de 2019.
El regreso de Álex Bergantiños, la irrupción de Diego Caballo y Edu Expósito, la continuidad de Fede Cartabia, Borja Valle o Carles Gil, los fichajes de Quique González, Dani Giménez o Vicente Gómez y el desembarco de cedidos de nivel como Domingos Duarte, Pablo Marí y Carlos Fernández han dado forma a un nuevo Dépor, un equipo saneado de puertas hacia dentro, poderoso como local y plenamente convencido de sus posibilidades.
2018, el año del fracaso y la reconstrucción, deja paso a un 2019 en el que la unión y la ambición deben ir de la mano.